¿Qué es la ansiedad?
En una sociedad en la que prima la rapidez al ir siempre con prisas, descansar poco y el estrés, es normal que experimentemos de vez en cuando síntomas ansiosos. La ansiedad es una respuesta emocional normal y adaptativa.
Es habitual que sintamos ansiedad ante situaciones cotidianas y concretas como en nuestra primera cita con esa persona especial, antes de un examen o entrevista de trabajo, cumplir plazos de entrega demasiado ajustados, conducir con demasiado tráfico, obligaciones sociales, etc. Pero la ansiedad también puede originarse ante un cúmulo de circunstancias que no podemos gestionar o resolver por nosotros mismos.
Se trata de la reacción de nuestro sistema de vigilancia ante las situaciones potencialmente peligrosas, cuya finalidad es asegurar nuestra supervivencia. Nuestro sistema de alerta se activa y nos prepara para huir del peligro acelerando nuestra respiración y frecuencia cardíaca.
Sin embargo, este valor adaptativo de la ansiedad puede convertirse en patológico si se activa ante situaciones de escaso peligro real. En este sentido, la ansiedad se convierte en un problema cuando es vivida como un peligro en sí (miedo a sentir ansiedad) y entra en juego el componente cognitivo (pensamientos catastróficos) ya que es entonces cuando comenzamos a evitar aquellas situaciones que nos han causado ansiedad en un momento dado.
«No anticipes problemas o te preocupes por lo que a lo mejor nunca sucederá.» – Benjamín Franklin
Estos síntomas, en un principio inofensivos, empiezan a generar una angustia intensa deteriorando la funcionalidad del individuo en diversas áreas de su vida. Si el deterioro es significativo, hablaríamos de un “Trastorno de ansiedad”.
En el ranking europeo de trastornos mentales, la ansiedad obtiene el primer puesto con un 14% de casos diagnosticados. No obstante, un tratamiento adecuado mediante terapia con un psicólogo que proporcione las herramientas adecuadas para el manejo de los síntomas mejora notablemente la calidad de vida del afectado.
Los comportamientos erróneos ante la vida o no saber afrontar los problemas, puede generar cambios en los procesos químicos del cerebro que alteren y perturben nuestro equilibrio emocional. Los factores que generan la ansiedad pueden ser muchos y muy complejos por ello muchas veces necesitamos el apoyo de un psicólogo para determinar su origen y analizarlo.
Consecuencias de la ansiedad
Si no se tratan, los trastornos de ansiedad pueden tener consecuencias graves generando conductas evasivas que nos impidan seguir con nuestras vidas. No es necesario estar en una situación excepcional o extrema. Cuando sientas que necesitas ayuda en tu vida diaria porque no sabes cómo afrontar la situación que estás viviendo, es aconsejable recibir tratamiento.
El psicólogo nos ayudará a entender y saber cuál es el origen de nuestra ansiedad, nos proporcionará los recursos que necesitamos para combatir los episodios de ansiedad y nos facilitará técnicas para controlarla. Pero la función principal del psicólogo será enseñarnos a afrontar la vida de una forma más serena, sin excesivas preocupaciones y nervios.
Muchas personas con trastornos de ansiedad no tratados son propensas a sufrir otros tipos de trastornos psicológicos como depresión y mayor tendencia al abuso de alcohol y drogas. Además de interferir en las relaciones sociales con familiares, amigos y compañeros de trabajo.
Tipos de trastornos de ansiedad más habituales:
Existen muchos tipos de trastornos de ansiedad, cada uno de ellos con características peculiares. A continuación os enumeramos y describimos los tipos de ansiedad más habituales.
1. Trastorno de ansiedad generalizada (TAD)
El TAD se caracteriza por una ansiedad y preocupación excesivas, constantes y en múltiples situaciones. El individuo no puede controlar este estado de constante preocupación la cual se acompaña de otros síntomas como la irritabilidad, la tensión muscular, dificultad para concentrarse, fatiga o alteraciones del sueño. La ansiedad o preocupación están presentes la mayoría de días durante un mínimo de 6 meses.
2. Trastorno de angustia
Presencia de crisis de angustia inesperadas y recurrentes. Al menos una de ellas va seguida durante un mínimo de un mes de inquietud o preocupación persistente por la aparición de nuevas crisis o sus consecuencias, y/o por un cambio significativo y desadaptativo en el comportamiento que se relacione con las crisis de angustia.
3. Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)
El Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) se caracteriza porque el individuo que lo sufre tiene pensamientos, ideas o imágenes persistentes e intrusivas que le causan ansiedad y malestar significativo. La persona intenta ignorar o suprimir estos pensamientos (obsesiones), o bien intenta neutralizarlos con otros pensamientos o actos (compulsiones) que reducen momentáneamente el malestar.
4. Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT)
El TEPT se desarrolla después de la exposición de la persona a un acontecimiento traumático relacionado con la muerte o la amenaza a la integridad física propia o de los demás y cuya respuesta ha sido de temor y horror intensos. La persona revive este acontecimiento a través de flashbacks, pesadillas, malestar psicológico intenso ante estímulos que recuerden el evento traumático así como respuestas fisiológicas de ansiedad intensa al exponerse a estímulos que puedan tener algún tipo de relación al evento. Existe una evitación persistente de las situaciones o actividades que le recuerden la situación que provocó el trauma y una activación anormal del arousal, a raíz del acontecimiento.
5. Ansiedad por fobia social
Miedo o ansiedad intensos que aparecen prácticamente siempre en relación a una o más situaciones sociales en las que la persona se expone a la valoración de los demás. El miedo incontrolable a ser valorado negativamente determina las interacciones del la persona, las cuales evita a toda costa. El miedo, la ansiedad o la evitación deben estar presentes un mínimo de 6 meses.
6. Agorafobia
Trastorno de ansiedad asociado al miedo irracional por estar en espacios abiertos. Existe un temor intenso a desarrollar los síntomas relacionados con la angustia, precisamente cuando el sujeto se encuentra vulnerable y desprotegido en un espacio abierto. Es decir, la persona no experimenta miedo por el espacio en sí, sino por las sensaciones que experimenta cuando se encuentra expuesto a ese lugar.
7. Ansiedad por fobia específica
Se caracteriza por el miedo irracional a un estímulo específico, por ejemplo, un animal, un objeto, etc. La persona que sufre un trastorno fóbico hace todo lo posible por evitar ese estímulo que le provoca ansiedad, y esta conducta evitativa puede llegar a interferir en el funcionamiento normal de su vida diaria.
Grado en Psicología por la Universidad de Barcelona.
Máster en Psicología General Sanitaria-Universidad Internacional de Valencia.