Talleres psicodona
En Canvis, estamos especializados en tratar a mujeres que sufren Fibromialgia y Dolor Crónico. Aunque la Fibromialgia tiene un diagnóstico controvertido y durante muchos años no ha sido considerada una enfermedad, la experiencia clínica nos demuestra que hay un porcentaje muy alto de mujeres que hoy la padecen y que sufren la incomprensión de algunos profesionales, pero también de la familia y de la sociedad.
La mujer que padece Fibromialgia suele hacer demandas incomprendidas por muchos profesionales de la salud y entran en una rueda de consultas que tienen como fin aliviar el dolor físico y mental.
Son mujeres que tienen que renunciar con frecuencia al trabajo y al cuidado de la familia, viéndose imposibilitadas para realizar tareas profesionales o familiares que en otro tiempo habían desarrollado sin problemas, sumiéndolas además en una situación de aislamiento y depresión profunda.
Las causas no son claras, pero se cree que pueden estar agravadas por situaciones de carencia y/o sobreesfuerzo o por traumatismos físicos o emocionales.
Hay factores psicosomáticos, como la depresión y la ansiedad provocados por stress emocional, como: separación, pérdida de empleo, duelos, fracaso profesional, enfermedad física, etc. que pueden agravar los síntomas de dolor.
En Canvis, consideramos que la mujer que solicita ayuda es un SIGNO DE SALUD.
El tratamiento psicológico está indicado para mujeres:
- Con edades comprendidas entre los 30 y 60 años
- Con diagnóstico de “Fibromialgia”
- Que sufren de “fatiga crónica o dolor crónico”
- Haber sido diagnosticada de “artritis reumatoide”
- Sufrir una “enfermedad autoinmune”
- Padecer de “colon irritable “
- Sufrir depresión, ansiedad, dolor crónico, insomnio, cefaleas
La mujer a partir de los 50 años tiene que enfrentarse a cambios importante en su vida, pero frente a los cambios, a veces reacciona no sólo con angustia ante una situación nueva, sino también con sentimientos depresivos, ya que todo cambio implica una pérdida o un duelo.
Pero evitar el cambio también lleva al estancamiento psíquico y a la esterilidad emocional, o sea a la muerte psíquica. Vivir implica pasar por una serie de pérdidas de fantasías, deseos, y actitudes, pero también es la búsqueda de otras formas más evolucionadas que permitan y faciliten el crecimiento y la puesta en marcha de aquellos recursos que las enriquezcan a ellas mismas y su relación con los demás.
Vemos que llegar a esta nueva etapa conlleva la perdida de una función procreativa importante para la mujer, cambia de rol, hay un reencuentro con la pareja, etc.
No obstante, entra en una etapa creativa en donde es posible replantearse aspectos que hasta el momento habían sido relegados en un segundo plano debido a su dedicación y crianza de los hijos.
2.- La experiencia con la terapeuta
Compartir esta etapa con una terapeuta permite a la mujer abrir un espacio de reflexión y entrar en contacto con ella misma, es decir» mirar hacia dentro» lo que implica una toma de contacto, intelectual y afectivo con vivencias que hasta ese momento habían permanecido dormidas o anestesiadas.
La experiencia terapéutica facilita el descubrimiento de emociones, experiencias, sensaciones, sueños y fantasías en una nueva etapa y así tratar de prevenir las vivencias negativas vinculadas a este momento evolutivo.
La mujer necesita cuidarse de la misma manera que cuida a los hijos. Necesita buscar un espacio que le permita buscar un equilibrio y vivir en armonía consigo misma y con el entorno.
3.- A quien va dirigido la ayuda psicológica.
A mujeres de más de 50 años que deseen tener una experiencia de crecimiento personal o «vivir la madurez como una etapa creativa» recuperando viejos sueños quizás incumplidos o la puesta en marcha de proyectos aplazados.
A mujeres que deseen analizar, descubrir y crear nuevas formas de relación que sean más gratificantes y vivificantes con todo lo que las rodea: hijos, pareja, amigos, trabajo, etc.
Pero también va dirigido a mujeres con baja autoestima, con dificultades de ilusionarse en la etapa en que se ha tenido que renunciar a la maternidad o en los casos que los hijos crecen, se hacen mayores e inician una nueva vida.
A mujeres que desean iniciar un nuevo proyecto de vida, solas o en pareja y vivir relaciones afectivas, ilusionantes y generativas.
4.- Propuesta terapéutica:
- Analizar los cambios físicos y emocionales de esta etapa.
- Descubrir las necesidades de la mujer de hoy.
- Diseñar nuevos retos, exigencias.
- Definir el rol de abuela.
- Afrontar perdidas, carencias, soledad.
- Analizar la identidad femenina y sus cambios.
- Recuperar proyectos que han sido aplazados o impedidos.
Las relaciones personales están basadas en un fuerte vínculo emocional entre las personas que las forman. Este tipo de vínculo (amor-cariño), utilizado de manera dañina, puede iniciar y mantener una relación desigualitaria, en la que una persona abusa y la otra es sometida. Así la persona que domina ejerce un control emocional y/o físico sobre la otra: usa el poder que le confieren los sentimientos y el afecto para conseguir la sumisión del otro.
La persona abusada se siente confusa y a menudo culpabilizada, ya que tiene muchas dificultades para reconocer en la persona amada a una persona opresora. Las relaciones abusivas no son exclusivas de las relaciones afectivas y pueden darse en cualquier otro tipo de relación personal (laboral, familiar o de amistad) y a cualquier edad. El nexo común en todas ellas es la asimetría, es decir, el abuso de algún tipo de poder que una persona ejerce sobre la otra; y que pervierte el principio de respeto y confianza de cualquier relación. Cuando este tipo de abuso de poder está relacionado con los sentimientos, resulta mucho más complicado identificarlo.
Aunque tanto las mujeres como los hombres pueden verse atrapados en este tipo de relaciones, los estereotipos de género y en general la herencia cultural, inciden en el mayor nivel de tolerancia que acostumbran a mostrar las mujeres. Las relaciones abusivas tienen un alto coste en la salud y calidad de vida. A corto plazo deterioran las relaciones y a largo plazo pueden convertirse en el inicio de situaciones de violencia, con importantes consecuencias para la salud mental y física de la persona afectada.
El trabajo psicológico se plantea como un lugar donde poder pensar en la situación de abuso vivida de una forma no culpabilizadora en un espacio de comprensión, que rompa con el aislamiento habitual que provocan las relaciones de abuso.
El trabajo con la terapeuta permitirá poder crear un espacio de reflexión donde rescatar los propios recursos, encaminándose hacia un cambio positivo.
Proponemos una nueva forma de analizar y entender las situaciones vividas hasta ahora, intentando salir de la sensación de “bucle” donde no parece haber una salida. Reforzando las capacidades propias y fomentando un mayor control sobre la propia vida y las decisiones, se pretende conseguir relacionarse preservando la libertad y necesidades de cada mujer.
Indicaciones:
A mujeres con sentimientos de estar atrapadas en relaciones abusivas. Este tipo de relaciones pueden ser con la pareja, los hijos, familiares, amigos, jefes…
A mujeres que deseen encontrar un espacio seguro con una profesional donde compartir el dolor y confusión generada por estas relaciones y que han decidido buscar formas saludables para poner fin a esta situación.
A mujeres que quieran hacer un trabajo personal para poder entender por qué han mantenido este tipo de relaciones y que buscan rescatar recursos propios secuestrados por la situación toxica y así conseguir relaciones personales más saludables.
A mujeres que deseen analizar las relaciones de pareja con aspectos de dependencia, dominación o sumisión y que deseen sobreponerse a las relaciones dañinas y a los sentimientos de culpa.
Recibir un diagnóstico de cáncer supone uno de los momentos más angustiantes y dolorosos que puede experimentar una mujer. Supone una fisura en su vida personal, profesional y familiar.
Las mujeres con cáncer deben afrontar una variedad de situaciones muy estresantes como son los procedimientos médicos intrusivos a los que debe someterse y los efectos secundarios a los tratamientos de quimioterapia y/o radioterapia.
La ansiedad y la depresión son factores que acompañan cuando hay un diagnóstico de cáncer. Si bien se ha demostrado que la ayuda psicológica facilita la recuperación y la adaptación a la vida cotidiana. La psicoterapia tiene beneficios demostrados como:
- Ayuda a enfrentarse mejor a sentimientos como la incertidumbre, la desesperanza y falta de control.
- Disminuye el miedo a morir y reordena las prioridades de la vida.
- Mejora las relaciones con los profesionales que las atienden.
- Mejora las relaciones familiares y con los amigos.
- Se adapta mejor a los cambios de imagen corporal.
- Enseña a la paciente a mostrar sus emociones.
- Ayuda a buscar redes sociales que reduzcan el aislamiento.
- Aprenden a manejarse mejor el dolor y la ansiedad.
La terapeuta facilita la exploración de aspectos emocionales que pueden se ayudados a través de métodos como la Relajación en casos de aparecer ansiedad o insomnio y ayuda a desarrollar estrategias para afrontar mejor los problemas relacionados con el cáncer como el dolor.
En Canvis tratamos a mujeres con: cáncer de mama, de útero, leucemia y otros en donde están dañadas la imagen corporal, el deseo sexual inhibido o las relaciones de pareja atraviesan momentos de crisis o en momentos en que la autoestima esta dañada.