El síndrome de Asperger es un trastorno del desarrollo que, como tal, se define por trastornos en:
- Las relaciones sociales
- Comunicación verbal y no verbal
- Patrones restrictivos y repetitivos de comportamientos, intereses y actividades.
Es importante destacar que no se trata de un trastorno emocional y no lo causa una mala crianza, las investigaciones apuntan que están implicados factores biológicos y que, por lo tanto, se cree que hay una base genética para ello.
Las investigaciones confirman que algunas familias poseen características similares en varios de sus miembros. Aproximadamente en alrededor del 20% de los padres y en el 5% de las madres de un niño con Síndrome de Asperger también se detecta.
La primera vez que se identificó el trastorno fue en 1944 por Hans Asperger. Aunque no fue hasta 1994 cuando la Asociación Americana de Psicología reconoció el síndrome de Asperger como un trastorno generalizado del desarrollo.
Actualmente, los tipos de autismo han desaparecido dentro del manual diagnóstico DSM-5, quedando todos englobados dentro de la categoría Trastornos del Espectro Autista.
¿En qué se diferencia el síndrome de Asperger de otros tipos de autismo?
- La capacidad cognitiva preservada o, incluso, por encima de la media en algunos casos.
- Adquisición del lenguaje verbal dentro de la normalidad, afectado en la parte más pragmática y, en algunos casos, con pequeños errores gramaticales o semánticos.
El diagnostico del síndrome de Asperger, se realiza normalmente en la etapa escolar. No obstante, existen algunas señales de alarma que se pueden detectar en los primeros años de vida:
- No se comunica
- No responde a su nombre
- Ausencia del contacto visual
- Presencia de rabietas desproporcionadas
- Presenta un juego repetitivo
Puede haber dos fases principales en el diagnóstico. La primera implica educadores y padres que completen un cuestionario que se usa para indicar si un niño puede tener el síndrome. La segunda fase es el diagnóstico/valoración clínica realizada por el psicólogo/psiquiatra especializado.
Para ello, es importante que las escuelas y las familias conozcan estas características para así poder hacer un diagnóstico precoz y trabajar con el niño las dificultades que presenta en las diferentes áreas y mejorar su calidad de vida como adultos. A través de la educación adecuada se podrá ayudar en su desarrollo y facilitar su inclusión social. Es importante mencionar que no todos los alumnos y alumnas con SA presentan las mismas dificultades, para ello, el educador deberá seleccionar la intervención más ajustada para la mejora de sus problemas y necesidades de manera individual.
¿Cuáles son las áreas principalmente afectadas en un niño con AS?
- La interacción social.
Tienen dificultades en la interacción social, dado que, al no entender las emociones o intenciones de los demás no dan las respuestas sociales y emocionales adecuadas. Esta inhabilidad a la hora de relacionarse con su grupo de iguales (no siempre por la falta de interés sino por la falta de habilidades) les puede generar frustración y por consecuencia problemas en el comportamiento. Ejemplo: a la hora de pedir cosas, quejarse, consolar… inclusive en mantener una conversación.
- La comunicación.
Plantea problemas en la comunicación verbal o no verbal. El niño con Síndrome de Asperger suele comprender el lenguaje de forma literal y concreto, lo que puede llevar a que malinterpretar, frases hechas o que tengas dificultades a la hora de captar las metáforas, y también en reaccionar a las bromas. Por otro lado, pueden tener un buen nivel de lenguaje y amplio vocabulario (a veces muy formal y con tecnicismos) una buena capacidad de memoria y de procesamiento visual, en muchas ocasiones tienen la habilidad de percibir detalles que para otros pasan desapercibidos.
Respecto al lenguaje no verbal se caracteriza por el escaso contacto visual, y por presentar un volumen de voz muy bajo o muy alto con un mismo tono. También tienen dificultades en entender el lenguaje corporal, en el reconocimiento de las expresiones faciales relacionadas con emociones complejas.
- Preocupaciones e intereses restringidos.
En la mayoría de ocasiones, muestra excesivo interés sobre un tema, como, por ejemplo, en torno a los dinosaurios, mapas, vehículos, etc. Este tipo de obsesión acerca de algún tema en concreto, cambia generalmente en un cierto plazo, pero no en intensidad, y eso puede inferir en su aprendizaje, ya que, al dedicarle todo el tiempo, puede conducir quizá a la exclusión de otras actividades y a la interacción con los otros.
- Las rutinas repetitivas, los rituales y la inflexibilidad.
La rigidez y la inflexibilidad se pone de manifiesto en la forma de pensar y actuar. En el plano psíquico muestran dificultades a la hora adaptarse a los cambios, contemplar otros puntos de vista y alternativas. En cuanto a la actuación existe la presencia una serie de rutinas y rituales poco funcionales que los llevan a invertir mucho tiempo. Por otro lado, también presentan movimientos peculiares y repetitivos, suelen generar torpeza motriz y falta de coordinación.
Es necesario que las escuelas conozcan las características que pueden presentar los niños con Síndrome de Asperger, para así poder adaptarse a las necesidades de cada individuo. También es importante destacar, que no todos presentan las mismas características y la afectación tampoco es la misma.
Para poder ayudar al niño con AS en su desarrollo intelectual y social dentro del ámbito educativo. Las psicólogas Laia Segura Marginet y Mireia Gràcia Blanes de la Asociación Asperger de Catalunya, recomienda una serie de estrategias especificas que en el caso de los alumnos con TEA se basan en:
- Utilización de un lenguaje claro y conciso
- Anticipación de los hechos
- Actuar con naturalidad
- Participación en igualdad de condiciones en las actividades y juegos
- Guía y patrones para ayudarles en la comprensión social y resolución de conflictos.
- Ayuda con utilización de soportes visuales
Para el tratamiento para el Síndrome de Asperger con niños se basará en la psicoeducación, para que puedan entender por qué se comportan de manera diferente del resto de niños. Enseñar estrategias de afrontamiento efectivas, eso le ayudara a afrontar las crisis de gran intensidad emocional de forma más asertiva y disminuir las conductas disruptivas.
El desarrollo en la Teoría de la Mente, para el trabajo de la empatía, será muy importante ayudarlos a entender las conductas de las demás personas, sus intenciones, sus creencias, y también hacerles ver que existen otros puntos de vista. El entrenamiento en habilidades sociales, estimular la relación con los iguales, para mejorar y mantener la interacción con su entorno. El funcionamiento psicosocial es clave el desarrollo en la identidad del niño, en cuanto a personalidad, autoestima y seguridad en si mismo.
Por último, la educación emocional para la gestión de la frustración, esta estrategia de educación emocional les ayudará a identificar cuándo se están frustrando y qué pueden hacer para evitar o tolerar estas situaciones.
En el caso de diagnosticar el Síndrome de Asperger en edad adulta, será necesario detectar algunos de los problemas más frecuentes que pueden afectar en su vida diaria:
- Alteraciones en la interacción social, con dificultades para relacionarse y comunicarse. En ocasiones, algunos tienden a aislarse socialmente.
- Autoestima y autonconcepto ambiguos, que pueden ir acompañados de sentimientos de superioridad o ideas negativas centradas en el desconocimiento de sus capacidades.
- Discapacidad social que afecta a la hora de buscar empleo o adaptarse a un entono laboral.
- Intereses muy restringidos, que puede llegar, en algunos casos a obsesionarse.
- Conflictos en la relación de pareja, la falta de empatía puede generar complicaciones para resolver los problemas conyugales.
- Puede presentar ansiedad si se sienten presionados a la hora de modificar sus hábitos o conducta.
Las personas Síndrome de Asperger en pareja
Se ha observado que aquellas personas que durante la infancia le diagnosticaron un Autismo de Alto Funcionamiento, con frecuencia están menos motivados en encontrar una relación a largo plazo. Tienden a contentarse en soledad y a tener conocidos en vez de amigos. Para algunos adultos con SA prefieren disfrutar de sus intereses especiales, antes que buscar una relación intima.
Según Aston (2003) cuando una persona con SA esta en una relación a largo plazo, recomiendan que haya tres requisitos para que ambas personas disfruten de la relación. En ocasiones si la persona con SA no ha sido diagnosticada en la infancia, normalmente, es la pareja de éste quien reconoce los signos del síndrome. Por lo tanto, el primer requisito será el reconocimiento y la aceptación de diagnóstico de Síndrome de Asperger para identificar aquellos fortalezas y debilidades, y las habilidades de relación que deben mejorar.
El segundo requisito es que ambos miembros de la pareja estén motivados para adquirir estrategias para cambiar sus comportamientos, rutinas y mejorar la calidad de la relación. A menudo, hay mayor motivación y flexibilidad para adaptarse al cambio, por parte de quien no tiene el SA. La dificultad reside cuando el miembro de la pareja con SA muestra resistencia a la hora de adaptarse, dado que, en muchas ocasiones puede estar más contento que su pareja con el patrón de relación existente, y eso dificulta el cambio necesario para que haya una satisfacción plena en la relación.
El tercer requisito es el acceso a terapia. Para ello es necesario, que el psicólogo sea experto en el Síndrome de Asperger, ya que, los resultados de una encuesta revelaron que la mayoría de parejas no estaban satisfechas con la ayuda terapéutica recibida. También es necesario ofrecer estrategias eficaces para ayudar al miembro de la pareja sin SA a no sentirse aislado socialmente o abrumado, por esta razón es importante que pueda desarrollar una red de amigos o familia para que disponga de apoyo emocional y una mejora en la calidad de sus relaciones sociales.
La crianza de los hijos
Los estudios revelan que el progenitor con el Síndrome de Asperger tiene poco conocimiento en torno a las necesidades y comportamientos de los niños. Eso puede ocasionar que el niño se sienta invisible o únicamente valorado y observado por sus logros académicos. En ocasiones, el otro miembro de la pareja ha de compensar la falta de habilidades de crianza de su pareja, y puede ocasionar un gran desgaste emocional. Por esta razón también necesario proporcionar orientación al padre con SA con el fin de tener una relación más afectuosa con sus hijos.
En el caso de que el infante tenga Síndrome de Asperger, puede resultar por un lado una unión muy cercana entre ambos, y el progenitor puede acabar convirtiéndose en una guía para su hijo ya que podrá reconocer los obstáculos que enfrenta el niño en su vida diaria. Sin embargo, a menudo esta proximidad de caracteres inflexibles y controladores puede acabar en frecuentes discusiones.
Existen distintas terapias para el abordaje del Síndrome de Asperger en edad adulta:
La terapia cognitiva-conductual para aprender a manejar las emociones, controlar las conductas obsesivas y repetitivas. La terapia dirigida a mejorar las habilidades sociales y comunicativas a través de diferentes actividades. La terapia ocupacional en caso de haber problemas de integración sensorial o una deficiencia de coordinación motora. La terapia especializada en el lenguaje para ayudar a personas que tienen problemas para mantener una conversación. Y, por último, psicoterapia combinada con fármacos en el caso de que exista ansiedad o depresión.
En el Centro de Psicología Canvis de Barcelona, se realizan talleres para la mejora de las relaciones sociales, así como como la consecución de numerosas estrategias para el desarrollo de conductas de escucha y comunicación desde un marco de respeto y tolerancia.
Además, nuestro equipo de psicólogas y psicólogos te puede ayudar a que te conozcas mejor y a descubrir tus limitaciones y fortalezas, así como detectar aquellos aspectos no resueltos que te generan malestar y poder ir trabajándolos durante el proceso terapéuticos.
Grado en Psicología – Universidad Ramón Llull (Blanquerna)
Máster General Sanitario – Universidad Ramón Llull (Blanquerna)