La familia, ese núcleo que idealizamos como un refugio de amor, protección y apoyo incondicional, puede, en ocasiones, transformarse en un escenario de dolor, miedo y sufrimiento. El abuso intrafamiliar, una realidad que a menudo se esconde tras las puertas cerradas de hogares aparentemente «normales», deja profundas cicatrices en quienes lo padecen, impactando en su bienestar físico, emocional y psicológico.
En este artículo, nos adentraremos en el complejo y doloroso mundo del abuso intrafamiliar. Exploraremos sus diversas manifestaciones, analizaremos las causas y consecuencias, y ofreceremos información crucial sobre cómo buscar ayuda y romper el ciclo de violencia.
¿Qué es el abuso intrafamiliar?
El abuso intrafamiliar se define como cualquier tipo de maltrato físico, psicológico, sexual o económico que ocurre entre personas que conviven o tienen un vínculo familiar cercano. No se limita a la violencia física, sino que abarca un espectro amplio que incluye:
- Abuso físico: Es la forma más visible de abuso, e implica cualquier acto que cause daño físico a otro miembro de la familia.
- Golpes (puñetazos, patadas, bofetadas).
- Empujones, pellizcos,
- Quemaduras, cortes,
- Uso de armas (cuchillos, pistolas, objetos contundentes).
- Retención física, encerrar a
- Lanzar
- Privar a alguien de necesidades básicas como la comida o el sueño.
- Abuso emocional o psicológico: A menudo invisible, este tipo de abuso puede ser tan o más dañino que el abuso físico, ya que mina la autoestima y la confianza de la víctima.
- Humillaciones, insultos, críticas
- Amenazas, intimidación, chantaje
- Control excesivo, celos patológicos, aislamiento
- Manipulación, «gaslighting» (hacer dudar a la víctima de su propia percepción de la realidad).
- Indiferencia, rechazo, falta de
- Desvalorización de los logros, sueños o sentimientos de la víctima.
- Abuso sexual: Cualquier contacto sexual no deseado o inapropiado dentro del ámbito familiar.
- Tocamientos, caricias, besos
- Violación, intento de violación.
- Incesto (relaciones sexuales entre familiares cercanos).
- Explotación sexual (obligar a alguien a prostituirse o participar en pornografía).
- Exhibicionismo,
- Obligar a alguien a presenciar actos
- Comentarios sexuales inapropiados, acoso
- Abuso económico: Se basa en el control y la manipulación financiera para ejercer poder sobre la víctima.
- Controlar todos los ingresos y gastos de la
- Impedir que la víctima trabaje o
- Robar o estafar a la víctima.
- Negarle el acceso a recursos económicos.
- Obligar a la víctima a pedir
- Usar el dinero como forma de castigo o
- Negligencia: Consiste en desatender las necesidades básicas de un miembro de la familia, especialmente en el caso de niños, personas mayores o personas con discapacidad.
- Falta de alimentación
- Falta de higiene, vestimenta
- Falta de atención médica o cuidados
- Falta de supervisión (dejar a un niño solo en casa).
- Exponer a la persona a situaciones
- No proporcionar educación o estimulación
El perfil del abusador
No existe un único perfil de abusador. Puede ser hombre o mujer, joven o mayor, de cualquier nivel socioeconómico o educativo. Sin embargo, algunos rasgos comunes incluyen:
- Dificultad para controlar las emociones: Especialmente la ira, la frustración y los celos. Pueden reaccionar de forma desproporcionada ante situaciones cotidianas.
- Baja autoestima: Buscan dominar a otros para sentirse poderosos y compensar sus propias inseguridades.
- Historial de abuso: Muchos abusadores han sido víctimas de abuso en el pasado, lo que puede influir en sus patrones de comportamiento. Es importante recordar que esto no justifica sus acciones.
- Negación y minimización: Suelen negar o minimizar el abuso, culpando a la víctima («me provocó», «se lo merecía») o a circunstancias externas («tuve un mal día», «el alcohol me hizo hacerlo»).
- Aislamiento social: Tienden a aislar a la víctima de sus amigos y familiares para tener un mayor control sobre ella, creando dependencia y dificultando la búsqueda de ayuda.
- Manipulación: Utilizan la manipulación, el chantaje emocional y otras tácticas para controlar a la víctima, hacerla sentir culpable y mantenerla
Las víctimas: Un silencio que grita
Cualquier persona puede ser víctima de abuso intrafamiliar, pero algunos grupos son especialmente vulnerables:
- Mujeres: Son las principales víctimas de la violencia de pareja. Según la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2019, el 12,5% de las mujeres residentes en España de 16 o más años han sufrido violencia física o sexual por parte de sus parejas o exparejas a lo largo de su vida.
- Niños: El abuso infantil, en todas sus formas, tiene consecuencias devastadoras para el desarrollo físico y emocional. Los niños, por su vulnerabilidad e inmadurez, son especialmente susceptibles al daño causado por el abuso.
- Personas mayores: A menudo, el abuso a personas mayores ocurre en el contexto de la dependencia y el cuidado. Puede ser perpetrado por familiares, cuidadores o incluso personal de Las personas mayores, especialmente aquellas con deterioro cognitivo o físico, pueden tener dificultades para defenderse o buscar ayuda.
Consecuencias del abuso intrafamiliar
Las víctimas de abuso intrafamiliar pueden experimentar una serie de consecuencias a corto y largo plazo que afectan todas las áreas de su vida:
Problemas de salud mental:
- Ansiedad: Estado de alerta e inquietud constante. Puede manifestarse como preocupación excesiva, tensión muscular, irritabilidad y dificultad para concentrarse.
- Depresión: Tristeza profunda, pérdida de interés en actividades, fatiga, sentimientos de desesperanza y baja autoestima.
- Ataques de pánico: Episodios repentinos de miedo intenso con síntomas físicos como palpitaciones, sudoración y dificultad para
- Trastorno de estrés postraumático (TEPT): Revivir el trauma a través de flashbacks o pesadillas, evitación de situaciones que lo recuerden, hipervigilancia e irritabilidad.
- Trastornos del sueño: Insomnio, pesadillas, terrores nocturnos, dificultad para conciliar el sueño o despertares frecuentes.
- Pensamientos suicidas: Ideas recurrentes sobre la muerte o el suicidio, que pueden llevar a intentos de autolesión o suicidio.
- Trastornos de la alimentación: Anorexia, bulimia, trastorno por atracón, distorsión de la imagen corporal y preocupación excesiva por el peso.
- Abuso de sustancias: Consumo problemático de alcohol o drogas como mecanismo de escape del dolor emocional.
Problemas físicos:
- Lesiones: Hematomas, fracturas, quemaduras, cortes u otras lesiones físicas como resultado de la violencia.
- Enfermedades crónicas: Mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, diabetes, problemas gastrointestinales y otras enfermedades por el estrés crónico.
- Dolor crónico: Dolor persistente en diferentes partes del cuerpo, a menudo como resultado de lesiones o del estrés emocional.
- Disfunciones sexuales: Problemas de deseo sexual, excitación o orgasmo, a menudo relacionados con el trauma del abuso sexual.
- Problemas de fertilidad: Dificultad para concebir, a veces como consecuencia de lesiones o del estrés crónico.
Dificultades sociales:
- Aislamiento social: Retraimiento social, dificultad para conectar con los demás y mantener relaciones saludables.
- Problemas en el trabajo o la escuela: Dificultad para concentrarse, cumplir con las responsabilidades y relacionarse con compañeros o
- Dificultad para confiar en los demás: Desconfianza generalizada hacia los demás, dificultad para establecer vínculos y dejarse ayudar.
- Miedo a la intimidad: Dificultad para establecer relaciones íntimas y afectivas, a menudo como consecuencia del abuso sexual o
Baja autoestima:
- Sentimientos de culpa: Creencia de ser responsable del abuso, de haberlo provocado o de no haber hecho lo suficiente para evitarlo.
- Vergüenza: Sentimiento de humillación y degradación, dificultad para hablar sobre el abuso y buscar ayuda.
- Indefensión: Sensación de no tener control sobre la propia vida, de estar atrapado/a en la situación de abuso.
- Dificultad para tomar decisiones: Inseguridad, miedo a equivocarse y dependencia de la aprobación de los demás.
- Dependencia emocional: Necesidad excesiva de la aprobación y el afecto de los demás, dificultad para estar solo/a.
- Miedo al fracaso: Temor a no ser lo suficientemente bueno/a, a no cumplir con las expectativas de los demás y a ser rechazado/a.
Es importante destacar que no todas las víctimas de abuso intrafamiliar experimentarán todos estos problemas de salud mental. La intensidad y la duración de los síntomas varían según la persona, el tipo de abuso sufrido, la edad en la que ocurrió el abuso y la disponibilidad de apoyo social.
Rompiendo el ciclo del abuso
El abuso intrafamiliar suele perpetuarse de generación en generación. Los niños que crecen en hogares violentos aprenden que la violencia es una forma aceptable de resolver conflictos y tienen más probabilidades de ser víctimas o perpetradores de abuso en el futuro. Romper el ciclo del abuso es una tarea que nos compete a todos. No podemos permitir que la violencia se siga heredando de generación en generación. Para construir familias y sociedades más sanas, donde el amor y el respeto sean la norma, debemos actuar en varios frentes:
- Educar en valores desde la infancia: Es crucial enseñar a los niños la importancia del respeto, la empatía, la igualdad y la resolución pacífica de conflictos. Debemos fomentar la inteligencia emocional y proporcionarles herramientas para gestionar sus emociones de forma saludable.
- Promover la igualdad de género: Combatir los estereotipos de género y promover la igualdad entre hombres y mujeres es esencial para prevenir la violencia de género. Debemos educar en la igualdad desde pequeños, desmontando roles y prejuicios que perpetúan la desigualdad.
- Fortalecer las redes de apoyo: Es fundamental que las víctimas de abuso sepan que no están solas y que cuentan con apoyo. Debemos fortalecer las redes familiares y comunitarias, promoviendo la comunicación y la También es importante visibilizar los recursos disponibles, como líneas de ayuda, servicios sociales y organizaciones especializadas.
- Fomentar la salud mental: El abuso intrafamiliar a menudo está relacionado con problemas de salud mental, como la depresión, la ansiedad y el trastorno de estrés postraumático. Es importante promover la salud mental en la familia, facilitando el acceso a la atención psicológica y creando un ambiente de confianza donde se pueda hablar abiertamente de las emociones.
Romper el ciclo del abuso requiere un esfuerzo de la sociedad en su conjunto. Es una tarea que implica educar, sensibilizar, prevenir y brindar apoyo a las víctimas. Solo así podremos construir un futuro donde las familias sean espacios seguros y libres de violencia.
¿Qué hacer si eres víctima de abuso intrafamiliar?
Si estás sufriendo abuso, es fundamental que sepas que no estás solo/a. Hay personas y recursos que pueden ayudarte:
- Busca ayuda profesional: Un psicólogo/a o terapeuta puede brindarte apoyo emocional y ayudarte a desarrollar estrategias para afrontar la situación. La terapia individual o familiar puede ser muy útil para procesar el trauma, mejorar la autoestima y aprender nuevas habilidades de comunicación y afrontamiento.
- Habla con alguien de confianza: Un amigo/a, familiar, profesor/a, médico/a. Compartir tu experiencia con alguien puede ser un primer paso para salir del aislamiento y recibir apoyo.
- Considera la posibilidad de denunciar: Si te sientes en peligro, no dudes en llamar a la policía (091) o acudir a los servicios sociales de tu ayuntamiento o comunidad autónoma. La denuncia puede ayudarte a obtener protección y justicia. También puedes acudir a la Fiscalía o al juzgado de violencia sobre la mujer.
- Busca un lugar seguro: Si es necesario, abandona el hogar y busca refugio en casa de un familiar o amigo, o en un centro de Tu seguridad es lo más importante. En España existen numerosos recursos de acogida para víctimas de violencia de género.
- No te culpes: Recuerda que el abuso nunca es culpa de la víctima. No eres responsable de las acciones del abusador.
- Cuida de ti mismo/a: Intenta mantener una rutina saludable, come bien, duerme lo suficiente y haz ejercicio. Busca actividades que te gusten y te ayuden a relajarte.
¿Cómo ayudar a alguien que está sufriendo abuso?
Si sospechas que alguien cercano está siendo víctima de abuso intrafamiliar, puedes:
- Ofrécele tu apoyo: Escúchale sin juzgar, hazle saber que le crees y que estás ahí para ayudarle. Demuéstrale tu apoyo incondicional.
- Anímale a buscar ayuda: Proporciónale información sobre recursos disponibles, como líneas de ayuda (016 para violencia de género), organizaciones o profesionales. Puedes acompañarle a buscar ayuda si lo
- No te involucres directamente con el abusador: Esto podría poner en peligro tanto a la víctima como a ti mismo/a. Es importante que la víctima sea quien tome las decisiones sobre cómo afrontar la situación.
- Respeta las decisiones de la víctima: No la presiones para que haga algo que no esté preparada para hacer. El proceso de recuperación del abuso es un camino largo y la víctima necesita ir a su propio ritmo.
- Mantente en contacto: Hazle saber que estás ahí para ella/él, aunque decida no buscar ayuda en este momento. Tu apoyo continuo puede marcar la diferencia.
Recuerda: El abuso intrafamiliar ocurre más a menudo de lo que imaginas, y puede estar ocurriendo a tu lado sin que lo sepas. No se trata solo de golpes, sino también de humillaciones, control, manipulación y silencios que duelen.
Si sospechas que alguien cercano está sufriendo, tiende tu mano. Escúchale sin juzgar, ofrécele tu apoyo y anímale a buscar ayuda. A veces, un gesto de comprensión puede marcar la diferencia.
Y si estás viviendo esta realidad, recuerda que no estás solo/a. Mereces una vida libre de violencia, donde tus relaciones te nutran y te impulsen a crecer. Busca ayuda, ya sea en un/a profesional, un amigo o una línea telefónica. Hay personas que te creen y quieren ayudarte a salir de esa situación.
En el Centro de Psicología Canvis de Barcelona, entendemos la complejidad del abuso intrafamiliar y te ofrecemos un espacio seguro y confidencial para sanar tus heridas y recuperar tu bienestar.
Nuestro equipo de terapeutas te brindarán su apoyo para poder procesar el trauma, reconstruir tu autoestima, desarrollar habilidades de afrontamiento y romper el ciclo del abuso
No estás solo/a. En Canvis te acompañamos en el camino hacia la sanación y el bienestar. Contáctanos para programar una primera consulta.
Referencias bibliográficas
Organizaciones:
- UNICEF España: https://www.unicef.es/
- Tienen información sobre los derechos de los niños y la prevención de la violencia.
- Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género: https://violenciagenero.igualdad.gob.es/
- Encontrarás estadísticas, informes y recursos sobre la violencia de género en España.
- Instituto de la Mujer: https://www.inmujer.gob.es/
- Ofrecen información y recursos sobre la igualdad de género y la prevención de la violencia contra las mujeres.
Sitios web:
- Ministerio de Igualdad: https://www.igualdad.gob.es/
- Puedes encontrar información sobre las leyes y políticas relacionadas con la igualdad de género y la prevención de la violencia.
- Ministerio del Interior: https://www.interior.gob.es/
- Puedes acceder a estadísticas sobre criminalidad, incluyendo datos sobre violencia intrafamiliar.
- Fundación ANAR: https://www.anar.org/
- Ofrecen ayuda a niños y adolescentes en situación de riesgo, incluyendo víctimas de abuso.
Bibliografía:
Varea, J. M. A., & Delgado, J. L. C. (2006). Por un enfoque integral de la violencia familiar. Psychosocial Intervention, 15(3).
https://doi.org/10.4321/s1132-05592006000300002
Licenciada en psicología (Universidad de Barcelona)
Máster en Psicologia Clínica Hospital General
Institut Català de la salud. Ciutat Sanitària i Universitària de Bellvitge