Probablemente muchos de nosotros nunca hemos escuchado hablar de la excoriación o dermatilomanía. A pesar de ello podemos decir que pertenece a una parte de la población que no es consciente de que esta padeciendo este problema. El trastorno de excoriación forma parte del grupo de comportamientos conocidos como conductas repetitivas centradas en el cuerpo y está incluido en el DSM-5 dentro de la categoría de trastorno obsesivo compulsivo y trastornos relacionados.
Esta patología ha sido descrita hace más de cien años, la primera vez en 1875 por Erasmus Wilson y la nombro como excoriaciones neuróticas, más tarde en el año 1898 Louis- Anne- Jean Brocq hizo referencia a varios casos parecidos de chicas con acné, a partir de entonces se han nombrado casos y se ha abierto un debate entre dermatólogos y psicólogos.
La excoriación se caracteriza por la necesidad de tocar, rascar, frotar apretar, morder la piel, etc. algunos pacientes pellizcan la piel sana, otros los callos, costras, después de este acto nos encontramos muchas veces que el cuerpo responde a estas irregularidades con la presencia en las zonas afectadas por acné.
La acción se realiza mediante instrumentos como pinzas, agujas, uñas. El resultado de estas lesiones a nivel psicológico aporta reproche, remordimiento, culpa o vergüenza en algunas ocasiones perjudicando la vida social evitando acudir a espacios públicos en los cuales el cuerpo esta más expuesto a ser visto.
Muchos de estos limitan la vida afectiva y sexual, llegando al aislamiento social, evitando el contacto y encerrándose en si mismas/os, ya que no se sienten capaz de mostrarse hacia el exterior y que les vean en ese aspecto, podemos decir que a nivel emocional les genera inseguridad y baja autoestima.
¿Cuáles son las causas de este trastorno?
Las motivaciones varían dependiendo de las personas, a pesar de que hay un estudio ampliamente aceptado que deriva del estrés psicosocial y la activación fisiológica que dispara esta conducta, no podemos concluir, que solamente es a nivel psicológico, sino también, podría ser a causa de un factor genético y hereditario.
En los perfiles asociados a obsesivo compulsivo la dermatilomanía se relaciona con la contaminación de la piel, en cambio con el trastorno dismórfico corporal a comportamientos con objetivo de eliminar los defectos físicos y el deseo de encajar en el concepto de la perfección.
¿Cuándo se Rascan y que beneficios obtienen de ello?
Muchas personas se rascan cuando se encuentran en una situación de estrés, rabia, tristeza, aburrimiento, ansiedad y este acto también puede ser en momentos concretos, cómo, por ejemplo, a la hora de hablar por teléfono, ver la televisión, cuando van a leer o cuando están en el baño, etc.
Algunos pellizcan de forma automática, en cambio hay otros que son más conscientes. Este acto también puede estar acompañado de un ritual de forma que el paciente arranca la costra de una manera determinada, después decide morder o tragarla, dependiendo de cada uno tiene su propia forma.
Evidentemente toda conducta tiene un benefició, aunque a simple vista parece una acción que perjudica la piel. Al realizar el acto de rascarse encuentra un alivio de la tensión generada por la situación o el momento en el que se encuentra, podemos decir que es un mecanismo para liberar o gestionar sus emociones y las cargas que percibe en su vida diaria. Hay una relación de incremento de los niveles de dopamina y el sistema de recompensa una vez ejecutada la conducta.
Se han realizado estudios en neuroimagen y muestran que el trastorno de excoriación tiene una desorganización en la sustancia blanca que conecta el gyrus frontal anterior y el cortex cingulado, que participa en respuestas de supresión motora.
¿Cuándo empieza esta conducta?
Suele comenzar en la adolescencia temprana, pero puede manifestarse a cualquier edad. Este trastorno según el Manual de diagnóstico afecta entre 1 y 2% de la población y el 75% son mujeres.
¿Qué zonas son las más afectadas?
Las zonas más frecuentes son, brazos, piernas, cara.
¿Cómo se diagnostica?
Para cumplir los criterios del trastorno de excoriación, los pacientes deben:
- Dañarse la piel de forma recurrente produce lesiones cutáneas.
- Intentos repetidos de disminuir o dejar de rascarse la piel.
- Rascarse la piel, causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
- El daño de la piel no se puede atribuir a los efectos psicológicos de una sustancia (por ejemplo, cocaína) u otra afección médica (por ejemplo, sarna).
- .El hecho de rascarse la piel no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno mental (por ejemplo, delirios o alucinaciones táctiles en un trastorno psicótico; intentos de mejorar un defecto o imperfección percibida en el aspecto como en el trastorno dismórfico corporal; estereotipias como en el trastorno de movimientos estereotipados o el intento de dañarse uno mismo en la autolesión no suicida).
¿Cómo lo podemos tratar?
Este trastorno requiere de un tratamiento multidisciplinario, en el cual se puede atender de forma conjunta las consecuencias sufridas en la piel con un tratamiento farmacológico, evaluando las lesiones mediante un examen dermatológico para poder ver la gravedad de dichas lesiones, así como abordar la área psicoemocional y los efectos producidos en ella.
En el tratamiento farmacológico se usan los antidepresivos triciclos inibidores de recaptación de serotonina (ISRS), el más estudiado es fluoxetina, sertralina y fluvoxamina.
A nivel psicológico y como tratamiento predominante, varios estudios proponen el método cognitivo conductual, enfocada en el entrenamiento para la reversión del habito. Este método fue desarrollado por los psicólogos Nathan y Richard en la década de 1970 que ha demostrado su eficacia en la extensión de conductas repetitivas y comportamientos por tics, hábitos nerviosos, tanto a largo como a corto plazo.
Primero de todo, este método pone el foco en la conciencia temprana de los hábitos nerviosos y tics, así como poder detectar los antecedentes que fomentan dicha aparición y en que momentos suele estar presente la conducta.
Una vez hay una conciencia, podemos empezar a aprender técnicas de relajación para estar más tranquilos a lo largo del día y diseñar una estrategia diferente, con el objetivo de sustituir la respuesta antigua, por otra opuesta que podamos mantener en el tiempo y a la vez compartir a nivel social.
Para que esta conducta se pueda mantener, la reforzamos mediante la motivación del paciente y fomentando apoyo social que en general ayuda a la persona, a continuar esforzándose con su proceso y no sentirse solo en él, a la vez generalizamos los resultados en todas las áreas de su vida, para que pueda ampliar más la mirada y ver que efectos y consecuencias le aportaba esta conducta, así como darse cuenta de lo perjudicial que era para el/a.
Podemos concluir que cualquier terapia individual como EMDR, Hipnosis clínica, técnicas de integración cerebral, psicodinámica, etc. Todas estas les podrían ayudar, lo importante es que la persona pueda aprender a regular sus emociones y integrar todos los aspectos de su vida de forma holística, sin rechazar las partes que no acepta de si mismo/a, así como romper los patrones aversivos, cambiando sus hábitos por otros que le beneficien en su salud y le calmen la sed de rascarse generando una armonía y equilibrio en su vida.
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Graduada en psicología, Uned 2018
Master Psicología General Sanitaria (UCAVILA) -2021
Formada en terapia Gestalt (La Casa Ambar)-2019
Formación Técnica en violencia de Genero-2020