La situación de confinamiento social generada por la pandemia del Covid-19, ha simbolizado un gran impacto en la sociedad actual, repercutiendo directamente sobre los modelos de relación y de convivencia social.
Este artículo presenta los resultados del reciente trabajo de investigación realizado por la misma autora, Lidia Blanch, en coordinación con la Universidad Internacional de la Rioja, acerca de los efectos del confinamiento sobre las relaciones de pareja.
El Covid-19 ha puesto del revés a nuestra sociedad (Rodríguez, 2020), provocando un alto impacto en nuestras rutinas sociales, laborales y cuotidianas. El confinamiento, la enfermedad en sí misma y la posible pérdida de familiares y seres queridos representan un desafío psicológico que pone a prueba nuestra salud mental.
La pandemia ha revolucionado en cierta forma nuestra vida cuotidiana, influyendo directamente sobre nuestra salud física, emocional y psicológica. El miedo y la ansiedad han pasado a un primer plano en nuestra sociedad, ya que han estado alimentados por la sobreinformación de la pandemia, las consecuencias sociales y físicas del propio virus, y el estrés continuado.
Ante un periodo de estrés persistente, el miedo y la ansiedad pueden intensificarse y cronificarse en el tiempo, desarrollando cuadros de ansiedad, depresión o trauma más específicos. De hecho, un estudio reciente realizado en Wuhan, China, constató que entre sus participantes había un porcentaje significativo con síntomas de depresión, ansiedad, insomnio y estrés tras el origen de la pandemia (Lai et al., 2020).
En estas circunstancias, resulta inevitable pensar que los modelos de relación y de convivencia pueden haberse visto afectados. Hablamos especialmente de las relaciones de convivencia con la pareja o el núcleo familiar, el microsistema más próximo al individuo durante el periodo de confinamiento. El estrés, la frustración, la ansiedad y la tristeza pueden haber adquirido un papel importante para las relaciones de pareja durante este periodo.
Para hablar de las relaciones de pareja, entendemos a la pareja como un sistema relacional en el que prima la satisfacción de las necesidades de ambos miembros a partir de la interacción de tres sistemas: sexual, apego y sistema de cuidados (Gómez-Zapiain, Ortíz y Gómez-Lope, 2012). Ésta puede haber sufrido ciertos efectos positivos o negativos a partir de las consecuencias psicológicas del confinamiento en la individualidad de cada uno de sus miembros.
En este sentido, el confinamiento ha podido brindar una nueva oportunidad permitiendo aumentar la cantidad de tiempo que se dedica a realizar actividades en pareja y/o familia, pudiendo así facilitar una mayor cohesión entre sus miembros (Vásquez et al., 2020). Por el contrario, el confinamiento también ha podido provocar el efecto opuesto, ayudando a exacerbar los problemas previos que pudiera haber en las parejas disfuncionales (Campbell, 2020).
Es importante entender la capacidad de soporte que representa la relación de pareja, entendiéndola según Gómez-Zapiain, Ortíz y Gómez-Lope (2012) como “la capacidad de asumir la responsabilidad de sostener, apoyar, comprender y cuidar de la pareja, sobre todo cuanto ésta está en situación de vulnerabilidad” (p. 304).
En este contexto, el estudio se llevó a cabo con una muestra de 93 sujetos de población general, en el que se les pedía que respondieran a un cuestionario diseñado para el mismo, además de la Escala de Ajuste Diádico y del Inventario de Resolución de Conflictos. La finalidad de este estudio se centraba en valorar los efectos del confinamiento sobre las relaciones de pareja a partir de la convivencia ocurrida y de la percepción de ésta, durante los meses de confinamiento domiciliario.
El ajuste diádico es un concepto ampliamente estudiado por muchos autores para referirse al periodo o transcurso de adaptación que se da entre ambos miembros de la pareja durante la convivencia. La satisfacción es uno de los componentes de este periodo, así como el consenso, la cohesión y la expresión afectiva.
A lo largo de la historia ha habido varios estudios que pretendían averiguar las variables que influyen en el ajuste diádico, los cuales encontraron que el ajuste diádico tiene un carácter dinámico, multidimensional y multicausal.
Este estudio utiliza la Escala de Ajuste Diádico (DAS), la cual es un cuestionario para parejas que valora el grado de ajuste entre sus miembros a partir de cuatro subescalas descritas por el autor: Consenso, Satisfacción, Expresión afectiva y Cohesión. Este cuestionario nos permite realizar una valoración rápida sobre los posibles problemas de la pareja, identificando aquellos puntos que requieren una mayor atención de cara a una posible terapia.
Las relaciones de pareja, como otros muchos tipos de relaciones entre dos o más personas, pasan por un proceso de construcción en el que se negocian y se pactan, de una forma más o menos concisa, una serie de aspectos que mediaran en esa relación marcando su funcionalidad o disfuncionalidad y, por tanto, la satisfacción o insatisfacción de sus miembros respecto a la relación que se establece (Bravo y Silva, 2018).
Entre uno de eso aspectos a pactar, estará el tiempo compartido. Los miembros de la pareja necesitan encontrar momentos que les permitan pasar tiempo juntos para comunicarse y poder así compartir tanto sus deseos como sus preocupaciones. Ese tiempo compartido será entonces una oportunidad de intercambio de información entre la pareja, un intercambio de sentimientos, emociones y experiencias que se van dando en el día a día (Urbano, Iglesias y Martínez, 2019). El simple hecho de compartir podrá influir en el bienestar percibido por la pareja, tanto individualmente como en conjunto, permitiendo aspectos relacionales tan importantes como la confianza o la comprensión.
Si bien es cierto que en las relaciones de pareja se producen conflictos maritales de naturaleza compleja y multicausal (Bravo y Silva, 2018), podemos pensar que la pandemia del Covid-19 habrá impactado de alguna manera en las dinámicas de relación y, por tanto, en los posibles conflictos o desavenencias de la pareja.
Por otro lado, el estudio también contemplaba las estrategias de resolución de conflictos mediante el inventario de Estilos de Resolución de Conflictos de Kurdek, a partir del cual podíamos llegar a entender que el tipo de estrategia que utiliza cada miembro de la pareja para resolver los conflictos maritales, podrá afectar al ajuste diádico (Cuenca, 2013).
Las estrategias de resolución de conflictos son entendidas como aquellas conductas interpersonales que median en la resolución de posibles conflictos. De alguna manera, permiten controlar los posibles desacuerdos que se producen entre dos o más personas (Bonache, Ramírez y González, 2016). Éstas pueden ser constructivas o destructivas, dependiendo de la respuesta emocional que provoquen.
Kurdek, el autor de inventario, contemplaba 3 estilos de resolución de conflictos:
- Positivo: postura de reflexión y razonamiento hacia la otra persona.
- Implicación al conflicto: postura de ataque y pérdida de control.
- Retirada: posición distante, silenciosa y sumisa ante los posibles conflictos con la pareja.
En la muestra seleccionada para el estudio se intentó obtener niveles de participación similares entre el sexo (masculino y femenino) y los distintos grupos de edad (25 a 35 años, 36 a 45, 46 a 55 años). Sin embargo, la participación de las mujeres fue ligeramente superior (58,1%) a la de los hombres (41,9%), mientras que los sujetos de 25-35 años fueron los más participativos (43%), frente a los de 36-45 años (24,7%) que fueron los menos participativos. En el caso de la convivencia con o sin hijos sí que se obtuvieron muestras de participación similar (sin hijos=46%; con hijos=53,8%).
En general, el teletrabajo o estudio online fue la ocupación más representada dentro de la muestra, mostrando un cambio en la tendencia del trabajo presencial por la situación de emergencia sanitaria ocurrida.
Por otro lado, los sujetos valoraron si el confinamiento había podido relacionarse con efectos positivos o negativos para la relación de pareja, así como valorar si creían que no había afectado. Los resultados de la muestra indican que un alto porcentaje de la muestra valora el confinamiento como algo positivo para su relación de pareja (59,1%), mientras que solo un 4,3% valora el confinamiento como algo negativo para su relación. El otro 26.6% restante pertenece a los sujetos que opinaron que el confinamiento no había afectado a su relación de pareja.
Asimismo, los resultados demuestran que las personas que utilizan una estrategia de resolución de conflictos más positiva, perciben un mayor nivel de ajuste en sus relaciones de pareja. Por otro lado, también relacionan el ajuste diádico y el estilo de implicación hacia el conflicto, concluyendo en este caso que, a mayor tendencia a implicación al conflicto, menor ajuste diádico.
Por otro lado, los resultados muestran mayores niveles de ajuste diádico en los sujetos más jóvenes (25-35 años) en contraposición a los sujetos más adultos (46-55 años).
En este caso, son varios los estudios que ya han relacionado previamente la disminución del ajuste diádico en las parejas de mayor edad. Estudios como el de Jiménez, Lima y Lima (2017) concluyeron que el bajo apoyo social y la etapa madura o anciana parecen predecir peores niveles de ajuste conyugal. Tratan de explicar estos hallazgos con el periodo de la jubilación, asumiendo ese acontecimiento vital como un factor estresante que puede afectar negativamente a la relación de pareja. Otros autores (León, 1979) hablan del proceso de envejecimiento como una etapa en la que la persona se siente más desprovista para enfrentarse a nuevos conflictos, lo cual podría llevarnos a pensar en cierta conformidad con la relación de pareja sin tener altos niveles de ajuste, por dar prioridad a la continuidad de la relación sin entrar en nuevos conflictos.
Jiménez, Lima y Lima (2017) también concluyen que el apoyo social resulta importante para obtener altos niveles de ajuste marital, lo cual podríamos pensar que durante el periodo de confinamiento, quienes pudieron sentir mayor apoyo social podrían haber sido las personas más jóvenes, ya que formaban parte de la generación con mayor facilidad de acceso y de utilización de las nuevas tecnologías y por tanto, nuevas vías de comunicación. De hecho, el estudio de Wang et al (2020) relaciona las plataformas en línea como una red de apoyo muy importante para las personas durante la etapa del confinamiento por la pandemia del Covid-19.
En cuanto a la ocupación durante el confinamiento, no se obtienen resultados significativos que diferencien los niveles de ajuste diádico según la ocupación adoptada por cada uno de los miembros de la pareja.
Los resultados también indican que el ajuste diádico es significativamente superior en las parejas que han convivido sin hijos durante el confinamiento. Estos resultados se muestran en concordancia con lo expuesto por otros autores (Pick y Andrade, 1988; Torres, Cortés y Heredía, 2017) acerca de las dificultades que pueden surgir en la relación de pareja durante la etapa de crianza, especialmente durante la primera infancia de los hijos, etapa en la que la prioridad de ambos miembros de la díada radica en los hijos, pasando así a un segundo plano la relación de pareja (Moral de la Rubia, 2008).
Otra variable estudiada mostró relación con el ajuste, los años de convivencia total de la pareja. En este sentido, los resultados mostraron diferencias significativas en el ajuste diádico en función de los años de convivencia. Más concretamente, los resultados apoyaron que el nivel de ajuste diádico disminuye a medida que aumentan los años de convivencia total con la pareja.
Es probable que, en una amplia mayoría de los sujetos estudiados, a mayor edad del sujeto, mayor tiempo total de convivencia con la pareja. Así pues, como ya mostraban otros estudios (León, 1979; Jiménez, Lima y Lima, 2017) las parejas de mayor edad tienden a evitar los conflictos y a priorizar la estabilidad conyugal, a pesar de obtener peores niveles de ajuste.
De un modo parecido, otros autores como Umberson y William (2005) concluyen que a medida que aumenta el tiempo de relación, disminuye la felicidad conyugal. Karney y Bardbury (1995, citado en Cuenca 2013) también concluyen que con el tiempo las parejas tienden a ser más estables, pero menos satisfactorias.
De un modo similar, se intentó buscar relación entre el ajuste diádico y la cantidad diaria de tiempo compartido a solas con la pareja durante el confinamiento. Los resultados muestran que, a mayor cantidad de tiempo compartido con la pareja, se obtienen mayores niveles de ajuste diádico.
En este sentido, y siguiendo con la bibliografía comentada a cerca de los estudios sobre el confinamiento por Covid-19, son varios de ellos los que remarcan la importancia de realizar actividades agradables durante el confinamiento como prevención de sintomatologías ansiosodepresivas (Brooks et al, 2020). En esta línea, Jiménez, Lima y Lima (2017) y Wang et al (2020) hablaban de la importancia del apoyo social en el ajuste diádico de la pareja y de la repercusión de las nuevas tecnologías como una red de apoyo social respectivamente, lo cual nos lleva a pensar que las parejas sin hijos y con mayor disponibilidad de tiempo compartido, en su mayoría serán personas del rango de edad más joven (25-35 años) y por tanto, con mayor adaptación a las nuevas tecnologías, facilitando así una mayor dinamización del tiempo libre. Entendiendo esta dinamización del tiempo libre en el confinamiento domiciliario como, el uso de videollamadas con los amigos y familiares, el consumo de contenido en streaming, uso de redes sociales, etc.
Para concluir, varios de los estudios recientes sobre Covid-19 ya expresan la necesidad de continuar estudiando los efectos socioemocionales derivados de la situación de pandemia. Es por esta razón, que aún a día de hoy se sigue investigando sobre los efectos de la pandemia.
Sin embargo, este estudio concluye con la necesidad de seguir estudiando las relaciones de pareja, y aún en mayor profundidad, estudiar las relaciones de convivencia durante el confinamiento para poder dar lugar a nuevas estrategias para la terapia de pareja adaptadas a la necesidad del momento actual.
En las relaciones de pareja, el ajuste diádico se asocia a efectos positivos en la pareja, tales como el sentimiento de amor hacia el otro, la empatía, el asertividad y la satisfacción sexual (Moral de la Rubia, 2008). De un modo similar, Cabrera, Herrera y Serrato (2019) hablan de ciertos aspectos relacionados con la estabilidad marital, tales como la intimidad, el respeto, el acuerdo mutuo, la exclusividad y lealtad, la confianza y la responsabilidad.
Todos estos aspectos que influyen en la relación de pareja y, por tanto, en la percepción que tienen ambos miembros de la pareja, son aspectos que pueden trabajarse en terapia de pareja. De hecho, trabajar en la comunicación bidireccional entre los miembros de la díada resulta de vital importancia para mejorar la calidad de la relación. En este sentido, los problemas de convivencia derivados del confinamiento pueden estar relacionados con aspectos muy concretos de la situación actual.
Si después de leer los resultados de este estudio crees que existen dificultades en tu relación de pareja y que ambos queréis solucionarlas, la terapia de pareja puede ser una buena solución.
Buscad un profesional que os ayude a escucharos mutuamente en un ambiente seguro en el que poder expresaros y en el que poder reconstruir las bases de una buena relación.
En el centro de psicología sanitaria Canvis de Barcelona, creemos que el trabajo terapéutico en pareja resulta de suma importancia para resolver ciertos conflictos familiares que pueden afectar a ambos miembros de la pareja y a los hijos, si los hay.
Contacta con nosotros si quieres empezar una terapia de pareja, estaremos encantados de ayudaros.
Psicóloga Lidia Blanch Àguila
Psicóloga colegiada número 27555
Grado en Psicología (UniversitatAutònoma de Barcelona)
Posgrado en Psicoanálisis aplicado a la actuación clínica (Universitat de Barcelona)
Máster Interuniversitario en Psicología de la Educación MIPE (UB, UAB, URL, UdG)