El duelo en las personas mayores es un proceso complejo y profundamente individual, que afecta tanto su salud física como emocional. ¿Qué sucede cuando se pierde a un ser querido en una etapa en la que las conexiones profundas se han consolidado durante décadas?. En esta etapa de la vida, las pérdidas —ya sean de seres queridos, de roles, salud o de independencia— presentan desafíos únicos.

Este artículo explora cómo se vive el duelo en la tercera edad, las etapas emocionales implicadas y estrategias para apoyar a los adultos mayores en este camino hacia la adaptación y el bienestar.

El duelo

El duelo es considerado una reacción emocional normal que surge en los individuos después de una pérdida (Neimeyer, 2007). El duelo altera el aspecto psicológico, físico y socioemocional de las personas que lo sufren, y se expresa de forma distinta según sea o fuere el vínculo afectivo que presentaba con esa pérdida (Yoffe, 2013).bWorden ( 2013) realiza una clasificación sobre las conductas normales y típicas de un duelo natural y las divide en cuatro categorías:

  • Sentimientos: tristeza, enfado, culpa y autorreproche, ansiedad, fatiga, soledad, shock, impotencia, anhelo, emancipación, alivio, insensibilidad.
  • Sensaciones físicas: Vacío en el estómago, opresión en el pecho y en la garganta, hipersensibilidad al ruido, sensación de despersonalización, falta de aire, debilidad muscular, falta de energía, sequedad bucal.
  • Cogniciones: Incredulidad, confusión, preocupación, sentido de presencia,
  • Conductas: Trastornos del sueño y alimentarios, conducta distraída, aislamiento social, soñar con el fallecido o con la pérdida, evitar recordatorios de la pérdida, buscar y llamar en voz alta a la persona fallecida, suspirar, hiperactividad desasosegada, llorar, visitar lugares concretos o llevar objetos al mismo que recuerdan al fallecido, atesorar objetos.

En la tercera edad, el duelo es una experiencia frecuente y, a menudo, inevitable, dado que las personas mayores se enfrentan a diversas pérdidas: seres queridos, salud, independencia y, en ocasiones, su entorno familiar o social. A medida que transitan por estos cambios, cada persona vive el duelo de manera única, con una serie de etapas emocionales y desafíos específicos. Comprender este proceso es fundamental para brindar el apoyo necesario que permita a los adultos mayores adaptarse y encontrar un nuevo equilibrio emocional.

A continuación, exploraremos las principales etapas emocionales del duelo en la tercera edad y sugerimos estrategias para apoyar a los mayores en su camino hacia la aceptación y el bienestar.

Etapas emocionales del duelo en la tercera edad

 El duelo en los adultos mayores suele dividirse en varias etapas emocionales, aunque cada persona puede experimentarlas de manera distinta y no necesariamente en orden. Estas etapas no tienen una duración fija, y es posible que algunos sentimientos vuelvan a surgir en distintas circunstancias. Además, es posible que todas las personas no pasen por las mismas etapas.

  1. Negación. La negación es una reacción común al enfrentar una pérdida importante. En esta fase, los adultos mayores pueden tener dificultades para aceptar que han perdido a un ser querido o que su salud se ha deteriorado, o incluso que han perdido un rol profesional en su vida. La negación actúa como una barrera temporal que permite a la mente asimilar poco a poco el impacto de la pérdida. A medida que el adulto mayor encuentra la valentía para reconocer lo sucedido y comienzan a integrarlo, esta etapa suele disminuir.
  2. La frustración, la injusticia y la impotencia son emociones intensas, no patológicas, que suelen aparecer en la segunda etapa del duelo. Los adultos mayores pueden sentirse enfadados con ellos mismos, con la situación o incluso con quienes les rodean, especialmente si perciben que no tienen el control de lo que está sucediendo. Esta ira es parte del proceso natural de adaptación a la nueva situación. Es importante prestarle la atención que es debida puesto que en este punto pueden darse los inicios de las conductas de aislamiento, consumo de sustancias o conflictos intensos con personas cercanas o allegadas.
  3. Negociación. En esta etapa, las personas mayores pueden intentar hacer “acuerdos” internos para evitar o revertir la pérdida, pensando en lo que podrían haber hecho o en lo que desearían cambiar. Esta fase puede aparecer como un intento de encontrar sentido o consuelo ante la situación, y aunque no es una solución en sí, permite a la persona comenzar a aceptar que la situación está fuera de su control.
  4. Depresión. La tristeza profunda y el duelo emocional son aspectos comunes de esta fase. Los adultos mayores pueden experimentar una sensación de vacío, que en algunos casos puede llevar a una tristeza intensa o a síntomas de depresión, como pérdida de apetito, insomnio o falta de energía. Esta etapa requiere de comprensión y acompañamiento, puesto que la soledad y el aislamiento pueden agravar los sentimientos de tristeza.
  5. Aceptación. La etapa final del duelo es la aceptación, en la que la persona mayor llega a un estado de paz con la pérdida. Esto no significa que se olvide lo sucedido o que no haya dolor, sino que el adulto mayor encuentra una forma de convivir con la situación y de darle un nuevo sentido a su vida. La aceptación permite que surjan nuevos intereses y que la persona recupere una sensación de normalidad.

Estrategias para apoyar a los adultos mayores en su proceso de duelo

 Apoyar a una persona mayor durante el duelo implica acompañarla en cada etapa emocional, reconociendo sus sentimientos, dándole la importancia que el proceso merece y adaptándonos al ritmo de la persona.

A continuación se presentan diferentes estrategias que pueden ser de gran ayuda para realizar un acompañamiento de calidad a personas mayores en proceso de duelo.

  • Fomentar la expresión de emociones. Es de vital importancia escuchar activamente a la persona mayor, de forma que la persona perciba que está siendo comprendida y escuchada. Además, es importante permitirle expresar sus sentimientos sin juzgarlos, puesto que al ser un proceso largo y dinámico es posible que la misma persona perciba que ya ha pasado el suficiente tiempo para haber superado la pérdida, lo cual puede empeorar el proceso. Es parte del proceso la expresión de tristeza, ira o frustración y es preciso validarlas para poder ayudar a la persona a soportarlas y procesarlas. Los grupos de apoyo y la terapia individual son espacios útiles donde pueden compartir sus experiencias con personas en situaciones similares y desde donde se puede trabajar el proceso de duelo con ayuda de un profesional de la psicología.
  • Crear una red de apoyo fuerte. El duelo conlleva una sensación de soledad profunda. Por ello, es importante que amigos, familiares y comunidades estén presentes en este proceso para evitar el La compañía cercana también permite que la persona mayor se sienta valorada y comprendida, lo cual es esencial en el proceso.
  • Establecer nuevas rutinas y actividades. Crear una nueva rutina con actividades placenteras y significativas es clave para la adaptación a la nueva situación. Los adultos mayores pueden encontrar consuelo y distracción en actividades que les interesen, como la lectura, el arte, la jardinería o el Mantenerse activo ayuda a reducir la sensación de vacío y a recuperar una vida estructurada.
  • Ayudarles a enfocar sus energías en el presente. Acompañar a la persona mayor para que se concentre en el momento presente es un trabajo difícil, puesto que es humano y muy común sobre todo en este tipo de población que se recuerdan muchos momentos importantes de su vida a Aun así, conseguir focalizarse en el presente resulta útil para reducir la ansiedad o la preocupación por el futuro. Para ello, se pueden practicar técnicas de relajación, como la meditación o el yoga, y realizar ejercicios de respiración profunda.
  • Buscar ayuda profesional si es necesario. En algunos casos, el duelo en la tercera edad puede derivar en problemas emocionales más graves, como la depresión.

Cuando los síntomas persisten o impiden a la persona llevar a cabo sus actividades cotidianas, es recomendable buscar ayuda profesional. La terapia psicológica puede ofrecer herramientas para enfrentar la pérdida de manera más saludable.

Por último, cuando el duelo se da en la persona mayor por la pérdida de un ser querido, es importante rendir homenaje a esta persona y mantener su memoria viva. Estas actividades son recursos sanadores para las personas que sufren la pérdida. Estas actividades pueden incluir desde mantener una foto en un lugar especial, hasta realizar actividades en su honor, cómo escribir una carta o realizar una reunión familiar para compartir recuerdos o momentos.

En conclusión, el duelo en la tercera edad puede ser una experiencia desafiante y transformadora para las personas que lo viven y también para las que acompañan en el proceso. Cada persona mayor necesita tiempo y espacio para adaptarse a la nueva situación después de la pérdida y el apoyo de su entorno es fundamental para hacer de este proceso algo llevadero y positivo. Con estrategias de acompañamiento, escucha activa y actividades significativas, los adultos mayores pueden superar la pérdida y encontrar en su vida un nuevo equilibrio. Este proceso no solo les ayuda a aceptar la pérdida, sino también a descubrir nuevas formas de vivir y de mantener la conexión con quienes les rodean, promoviendo así un estado de bienestar integral.

El duelo en la tercera edad es una oportunidad para recordar y honrar la vida misma. Aunque las pérdidas son inevitables, el proceso de duelo permite a los adultos mayores cerrar ciclos, recordar con cariño a quienes han perdido y encontrar una forma de vivir en paz con los cambios. Rendir homenaje a los seres queridos y mantener su memoria viva les ayuda a encontrar consuelo, al mismo tiempo que permite dar sentido a lo que han vivido.

En definitiva, con el apoyo adecuado y un enfoque positivo, las personas mayores pueden atravesar el duelo y salir fortalecidas. Este proceso, aunque es doloroso, puede llevarles a descubrir una resiliencia renovada, una apreciación por el presente y una vida que sigue llena de significado.

En el centro de psicología Canvis, sabemos lo difícil que puede ser afrontar un duelo, especialmente en la tercera edad. Las pérdidas pueden traer emociones intensas y una sensación de vacío que no es fácil enfrentar solo. Por eso, queremos ofrecerte un espacio donde te sientas escuchado y acompañado, con profesionales que te ayudarán a encontrar herramientas para sobrellevar este proceso y recuperar tu bienestar emocional.

Cada duelo es único, y estamos aquí para caminar a tu lado, ofreciendo apoyo y comprensión en cada etapa. Si tú o alguien cercano está pasando por este momento, no dudes en solicitar tu primera sesión gratuita. Juntos, podemos encontrar formas de sanar, honrar los recuerdos y dar un nuevo sentido a la vida.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Neimeyer, R. (2007). Aprender de la pérdida. una guía para afrontar el duelo.

Capítulo 4: La actividad del duelo, 67-93.

Worden, J.W . (2013). El Tratamiento del Duelo: Asesoramiento psicológico y terapia. Paidós.

Yoffe, L. (2013). Nuevas concepciones sobre los duelos por pérdida de seres queridos. Avances en Psicología: Revista de la Facultad de Psicología y Humanidades., 21(2).https://doi.org/10.33539/avpsicol.2013.v21n2.281