La sexualidad es un pilar fundamental en la vida, sin importar la edad. Sin embargo, en nuestra sociedad existe una falta de información y una gran cantidad de mitos y prejuicios en torno a esta temática. Es por esto que en este artículo vamos a desgranar algunos de estos estereotipos, qué factores afectan a la conducta sexual de este colectivo, las limitaciones que se pueden encontrar en su día a día, y qué herramientas y recursos disponemos a nuestro alcance para que puedan tener una vida sexual satisfactoria.

Mitos y prejuicios sobre la sexualidad en el adulto mayor

En la actualidad, existen muchos mitos y estereotipos sobre la sexualidad en la etapa de la tercera edad.

  • Los ancianos no tienen deseo sexual”. Premisa común, pero totalmente incierta.A menudo, las personas de la tercera edad son vistas como asexuales o desinteresadas en la actividad sexual, y hay una tendencia a minimizar o ignorar sus necesidades eróticas. Esto puede deberse en parte a la falta de información y educación sobre la sexualidad en la tercera edad, así como a la creencia común de que el sexo es solo para los jóvenes. Los adultos mayores pueden experimentar una disminución en el deseo sexual debido a cambios fisiológicos o afecciones médicas, pero hay que recalcar que muchas personas mayores disfrutan de una vida sexual activa y satisfactoria. Por lo tanto, el cese de la actividad sexual no es un suceso cronológico depende de factores como el estado de salud física y mental del individuo adulto, la presencia o ausencia de pareja, la calidad y relación afectivo-sexual establecida con la otra persona, la adaptación a los cambios fisiológicos propios de la edad, la calidad y frecuencia de las relaciones sexuales previas (de pareja y otras), la integración del papel social como “anciano” y la experiencia de situaciones traumáticas o estresantes (como cambios de domicilio, institucionalización o fallecimiento de un ser querido).
  • Los ancianos no pueden tener relaciones sexuales”. Existe una falacia común entorno a que la gente de la tercera edad es físicamente incapaz de mantener relaciones sexuales. Como bien se comentará con posterioridad, si bien es cierto que los cambios físicos asociados con el envejecimiento pueden hacer que el sexo sea más difícil, muchos adultos mayores aún son capaces de tener relaciones sexuales satisfactorias.
  • Las personas mayores no deben tener relaciones sexuales”. Los adultos mayores pueden disfrutar de una vida sexual si lo desean y están en buenas condiciones de salud. Existe una errónea creencia social que relaciona la tercera edad con la vulnerabilidad y permanencia del tabú entorno a la sexualidad (y especialmente en adultos mayores), que se traduce a una tendencia a rechazar la vida erótica en esta etapa evolutiva. Siguiendo en esta línea, a menudo también se asocia el envejecimiento con la pérdida de la belleza y la vitalidad, lo que puede afectar a su confianza y autoestima. Consecuentemente, los factores previamente explicados pueden producir efectos negativos en la salud sexual y mental de las personas mayores (p.ej. falta de atención a sus necesidades sexuales, disminución subjetiva de su deseo sexual, escasa comunicación abierta sobre temas sexuales, difícil acceso a información y recursos relacionados con la educación sexual y la atención médica, …).
  • “Los ancianos no necesitan preocuparse por enfermedades de transmisión sexual (ETS). Esto es completamente falso. Hay varios factores relacionados con el envejecimiento que pueden aumentar el riesgo de contraer ETS en las personas mayores. Algunos de estos factores incluyen:
    • Cambios en la piel y las membranas mucosas: Con el envejecimiento, la piel y las membranas mucosas del cuerpo tienden a ser más delgadas, por lo que aumenta el riesgo de tener lesiones e infecciones. Por ende, las personas mayores pueden ser más susceptibles a contraer una infección vía transmisión sexual.
    • Disminución de la función inmunológica: A medida que envejecemos, nuestro sistema inmunológico se vuelve menos efectivo en la lucha contra las infecciones. Esto puede hacer que las personas mayores sean más susceptibles a contraer ETS, y también que las infecciones sean más difíciles de tratar.
    • Problemas de salud crónicos: Las personas mayores tienden a la pluripatología, es decir, a presentar más enfermedades de salud crónicos (ej. diabetes o enfermedades cardíacas). Estas condiciones complejas pueden debilitar el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de contraer ETS.
    • Mayor uso de medicamentos: Las personas mayores a menudo toman varios fármacos para tratar diferentes condiciones de salud. Algunos de estos medicamentos pueden disminuir la función inmunológica y aumentar el riesgo de presentar ETS.
    • Menor uso de preservativos: Las personas mayores tienden a ser menos propensas al empleo de medidas de protección durante sus relaciones sexuales, ya sea por una deseinformación sobre la necesidad de un sexo seguro o por la falsa creencia de que el riesgo de padecer una ETS es menor en la tercera edad.

En resumen, es importante desafiar estos mitos y estereotipos, ya que pueden impedir que las personas mayores disfruten de una vida sexual activa y satisfactoria. Cabe señalar asimismo que este conjunto de falsas creencias sociales genera y perpetua sentimientos negativos (como vergüenza o incomodidad) entorno a la sexualidad en personas de la tercera edad y repercute en su atención médica o comunicación con su pareja sexual. Por lo tanto, es importante comprender que la sexualidad es una parte normal y natural de la vida humana, independientemente de la edad.

Factores que influyen en la conducta sexual de una persona mayor

La conducta sexual en la vejez depende de multitud de variables: salud general, disponibilidad de un compañero(a) sano(a), nivel educativo y social, creencias sexuales, historia sexual previa, intereses y prácticas sexuales previas, grado de satisfacción con la vida, personalidad, etc.

No obstante, la comunidad científica pone mayor hincapié a los siguientes factores:

  1. Cambios fisiológicos. Cuando envejecemos experimentamos cambios normales en el cuerpo que pueden influir en la respuesta sexual de las personas. Es importante tener en cuenta que los cambios en la respuesta sexual pueden variar de una persona a otra y no necesariamente significa que una persona no pueda disfrutar de una vida sexual satisfactoria en la tercera edad. Sin embargo, algunos de los cambios más comunes son:
    • Cambios hormonales: Los niveles hormonales suelen disminuir con la edad. En hombres, la testosterona disminuye gradualmente, aspecto que puede disminuir el deseo sexual y la función eréctil. En las mujeres, la menopausia marca el fin del ciclo menstrual y la disminución de los niveles de estrógenos y progesterona puede causar sequedad vaginal y disminución de su deseo sexual.
    • Cambios en la respuesta sexual: En la tercera edad, el tiempo que tarda una persona en responder sexualmente puede aumentar. Es decir, las fases de excitación y meseta -periodo de excitación sexual máximo- pueden tomar más tiempo de duración por factores hormonales. Puntualizar asimismo que suelen experimentar el orgasmo menos intenso, más corto o más lento por una disminución de su sensibilidad sexual y debido a los mencionados cambios hormonales. Finalmente, la fase de resolución –sensación de relajación del cuerpo después del orgasmo indicativa de la vuelta al estado normal– puede ser más prolongada.
    • Dolor y rigidez en las articulaciones: A medida que envejecemos, el cuerpo humano experimenta una disminución en la producción de lo que se denomina líquido sinovial, el cual puede determinar que las articulaciones se vuelvan menos flexibles y más propensas a la inflamación. Además, el desgaste y la pérdida de cartílago pueden contribuir a la rigidez y el dolor en las articulaciones. El dolor y la rigidez en las articulaciones pueden dificultar las posiciones sexuales y afectar la actividad sexual.
  2. Salud física y mental: La salud física y mental influye en la conducta sexual de una persona mayor. Aquellos que tienen problemas de salud crónicos, dolor crónico, incontinencia urinaria y disfunción eréctil pueden ser menos propensos a participar en actividades sexuales. Además, los cambios psicológicos relacionados con el envejecimiento (como la ansiedad, la depresión, la soledad y el aislamiento social) también suelen afectar a la conducta sexual de una persona mayor.
  3. Medicamentos: La mayoría de personas mayores tienen recetados múltiples fármacos para el tratamiento de sus diferentes afecciones de salud. Desgraciadamente, algunos de los medicamentos prescritos pueden tener efectos secundarios que afectan a la sexualidad de una persona (como la disminución del deseo sexual o la proclividad a una disfunción eréctil).
  4. Cambios en la vida social: La pérdida de un cónyuge o la disminución de la red social son algunas variables que pueden afectar a la conducta sexual de una persona de la tercera edad. ¿Cómo? Hay personas que pueden sentirse menos atraídas por el sexo sin la compañía de una pareja y otras que al estar más aisladas sienten que tienen menos oportunidades de participar en actividades sexuales.
  5. Creencias culturales y religiosas: Las creencias culturales y religiosas también pueden limitar o tender a una visión negativa del sexo en la tercera edad, aspecto que influirá en la conducta sexual de la persona mayor.

En resumen, la conducta sexual en la tercera edad puede verse influenciada por una variedad de factores es importante que los profesionales de la salud tomen en cuenta estos factores al tratar a personas mayores y que se aborde la sexualidad de una manera abierta y respetuosa.

Las disfunciones sexuales en la tercera edad

Las disfunciones sexuales son problemas que afectan la capacidad de una persona para disfrutar y/o participar en actividades sexuales. Las disfunciones sexuales en la tercera edad son una realidad para muchas personas mayores, pero no tienen por qué ser un obstáculo insuperable para mantener una vida sexual saludable y satisfactoria. En la tercera edad, las disfunciones sexuales más comunes son:

  1. La disfunción eréctil: Es la incapacidad de un hombre para lograr o mantener una erección durante el coito. Se considera común en hombres mayores debido a los cambios fisiológicos mencionados que ocurren en el cuerpo a medida envejecemos.
  2. La disminución del deseo sexual: Es la reducción en el interés o deseo por participar en actividades sexuales. Como bien se ha reseñado con anterioridad puede deberse a cambios hormonales, problemas de salud física o mental, medicamentos, cambios en la vida social o simplemente al proceso natural de envejecimiento.
  3. La sequedad vaginal: Es un aspecto común en las mujeres mayores, tal y como se ha comentado puede ser causada por la disminución de los niveles de estrógeno en el cuerpo. La sequedad vaginal puede causar dolor durante el coito y puede afectar la capacidad de una mujer para disfrutar de sus actividades sexuales.
  4. Los problemas de eyaculación: Los hombres mayores pueden experimentar problemas de eyaculación retardada (incapacidad de eyacular) o precoz (eyaculación demasiado rápida).
  5. El dolor durante el coito: Este aspecto puede ser causado por una variedad de factores, como la sequedad vaginal, problemas de próstata en los hombres o la tensión muscular. Puede afectar la capacidad de una persona para disfrutar de actividades sexuales.

Es importante recordar que las disfunciones sexuales son comunes en la tercera edad y no deben considerarse vergonzosas o tabú. Es importante hablar con un profesional de la salud si se experimentan problemas sexuales para explorar opciones de tratamiento y mejorar la calidad de vida sexual.

A continuación, se presentan algunas estrategias que pueden ayudar a manejar las problemáticas sexuales en la tercera edad:

  1. Tener una comunicación abierta sobre los problemas sexuales puede ser difícil, pero es fundamental para encontrar soluciones, ya que ayuda a reducir la ansiedad y el estrés asociados con las disfunciones sexuales y fomenta la intimidad emocional y física.
  2. Realizar ejercicio ayuda a mejorar la salud cardiovascular, lo que puede mejorar la función sexual. En este punto, informamos que existen los denominados “ejercicios de Kegel” que fortalecen los músculos del suelo pélvico y pueden ser útiles para las mujeres mayores que experimentan incontinencia urinaria o debilidad muscular.
  3. Mantener un estilo de vida saludable suele tener un impacto positivo en la salud sexual. Es decir, seguir una dieta saludable, unos hábitos de sueño suficientes y limitar el consumo de la nicotina, el alcohol y otras drogas.
  4. Acudir a terapia cuando se mantiene una disfunción sexual que genera malestar emocional, a los efectos de identificar los factores psicológicos o afectivos que contribuyen a los problemas sexuales y proporcionar herramientas para manejar estas variables.

En general, es importante recordar que las disfunciones sexuales son comunes en la tercera edad y que existen muchas opciones diferentes de tratamiento efectivas. Hablar abiertamente sobre el tema, llevar un estilo de vida saludable y buscar ayuda profesional, si es necesario, pueden ayudar a superar estos obstáculos y a mantener una vida sexual saludable y satisfactoria en esta etapa de la vida.

¿Cómo apoyar la sexualidad en la tercera edad?

Para promover la salud sexual y el bienestar de las personas mayores es imprescindible fomentar la comunicación abierta y honesta sobre la sexualidad en la tercera edad. El objetivo es ayudar a romper tabús para que se sientan más cómodas expresando sus problemas, necesidades y deseos sexuales. Subrayar que la sexualidad en la tercera edad no se trata solo de actividad sexual: fomentar la intimidad y el afecto -con el contacto físico no sexual- se ha demostrado que es igualmente importante para la salud y el bienestar sexual de las personas mayores.

Consecuentemente, es vital proporcionar una información precisa y actualizada sobre la sexualidad en esta etapa evolutiva que pueda ayudar a tomar decisiones informadas sobre su salud sexual. Esto puede incluir información sobre la prevención de enfermedades de transmisión sexual, el uso de métodos anticonceptivos y cómo manejar los cambios fisiológicos del envejecimiento.

Cabe señalar que las personas mayores tienen diferentes orientaciones sexuales e identidades de género. La importancia de la inclusión y la diversidad en la sexualidad en la tercera edad puede ayudar a garantizar que todas las personas mayores tengan acceso a la atención y el apoyo que necesitan.

En resumen, hay que abogar por la atención médica adecuada para las personas mayores sin olvidar la esfera sexual, con el fin de prevenir y tratar todo tipo de enfermedades. Así pues, se trata de disponer de una atención médica integral y adecuada para TODOS los problemas de salud relacionados con la tercera edad.

A continuación, anotamos servicios especializados que se enfocan en proporcionar información y acceso a recursos relacionados con la sexualidad en la tercera edad, así como quieren crear un espacio seguro para que las personas mayores discutan sobre su sexualidad:

  1. Fundación Sexpol (https://www.sexpol.net/): Es una organización sin ánimo de lucro que promueve la educación sexual y los derechos sexuales en España. Ofrecen servicios y recursos para todas las edades, incluyendo personas mayores.
  2. Fundación 26 de Diciembre (https://fundacion26d.org/): Es una organización que se enfoca en los derechos de las personas mayores LGBT en España. Ofrecen programas y recursos para ayudar a las personas mayores LGBT a lidiar con problemas relacionados con la sexualidad, la identidad de género y la discriminación.

La sexualidad en la tercera edad sigue siendo un tema tabú en muchos aspectos. Los mitos y prejuicios relacionados con la vejez han fomentado la escasez de información y educación en la sociedad. Por ello, es importante reconocer que la sexualidad es un aspecto fundamental de la vida humana, y la vejez no debe ser una barrera para la expresión y el disfrute de la sexualidad. Hay que aceptar que las personas mayores tienen necesidades y deseos sexuales legítimos. Se deben promover espacios seguros y respetuosos para que puedan expresar su sexualidad de manera saludable y satisfactoria. 

 Si tú o alguien de tu entorno necesita mayor información al respecto puedes solicitar una primera sesión informativa en el Centro de Psicología CANVIS de Barcelona. Disponemos de un equipo de psicólogos que pueden ayudarte.

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