Uno de los problemas que pueden aparecer en cualquier tipo de relación, ya sea de amistad, de pareja, familiar, etc. es la dependencia que se crea entre dos personas y que provoca una falta de independencia personal. De modo que, el estado de ánimo estará muy sometido a la relación que se tenga con la otra persona. Este fenómeno se conoce como dependencia emocional.

Como ocurre con otras dependencias, como en la adicción al consumo de sustancias tóxicas, la dependencia emocional opera mediante mecanismos de refuerzo positivo, que acaba generando dependencia psicológica en el sujeto. Alude a la necesidad de amor y de un vínculo afectivo, es decir, que las personas que la sufren tienen un gran miedo a estar solas y no pueden concebir su vida si no es al lado de una pareja sentimental.

Un aspecto a destacar es que muchas de las personas que son dependientes emocionalmente buscan parejas con un carácter dominante, posesivo y autoritario. La persona dependiente tiende a idealizar a su pareja, viviendo en una cierta sumisión hacia ella.

Es habitual que la persona afectada sea capaz de reconocer el maltrato y el menosprecio que sufre a diario, pero no tiene la capacidad para dejar de estar ‘enganchada’ a su pareja. Pide perdón incluso por cosas que no han hecho, con el fin de mostrarse tierno y sumiso ante su pareja y para ganar su aprobación y amor. De modo que se centran en satisfacer a la pareja.

¿Cuáles pueden ser las posibles causas de ser dependiente?

En general, una de las principales causas de la dependencia, es una pobre autoestima, que conduce al dependiente emocional a desvalorizarse sistemáticamente. Se muestran críticos consigo mismos y con su forma de ser, hasta el punto de sentirse inferiores y culpables, incluso, del menosprecio que puedan recibir por parte de sus parejas sentimentales.

El menosprecio de la persona dominante hacia el dependiente emocional se incrementa, llevando al extremo su subordinación. También es común observar que este tipo de relaciones acaban rompiéndose en poco tiempo, pero eso no soluciona el problema. El dependiente intentará volver una y mil veces con su expareja, de la misma manera que el drogadicto se las ingenia para obtener la sustancia y volver a consumir. Esta dinámica adquiere una manera de funcionar como un círculo vicioso, ya que aumenta la actitud dominante y disminuye la autoestima y la dignidad de la persona dependiente emocionalmente. La persona que padece este tipo de dependencia emocional necesita permanecer en contacto con su pareja, ya que si no aparece el síndrome de abstinencia emocional.

Distanciamiento con el entorno: familia y amigos

Es frecuente que las personas dependientes emocionalmente se vayan alejando de su entorno cercano e incluso, pueden llegar a confrontarse ante cualquier desaprobación de la relación que mantiene. El dependiente emocional se da cuenta de que su entorno intenta aconsejarle que su situación psicológica ante la relación no es la más adecuada, pero éste insiste en defender su relación. Estas situaciones actúan reforzando aún más la relación de dependencia, ya que, para la persona dependiente, el único apoyo es el de su pareja.

Una persona que es dependiente emocionalmente, puede presentar también síntomas más ansiosos y depresivos, aparte de la falta de autoestima que hemos comentado anteriormente.

Amor sano. Condiciones para una relación constructiva de pareja.

Para que una relación de pareja sea sana, se deben dar algunas premisas claras:

  • Acercarse al otro sin perder la propia esencia.
  • Amar sin dejar de quererse a sí mismo.
  • No vulnerar tus derechos, criterios ni valores y escucharse a sí mismo.
  • La realización personal no se ve obstaculizada.
  • Preocuparse por la pareja y también por sí mismo.
  • La relación tiene que ser equilibrada, uno da amor y también lo recibe.
  • Vivir para nosotros y no solo para ti.
  • La autoestima es un requisito imprescindible del amor de pareja.
  • Ante una relación nunca se borran nuestros propios límites.
    Según Stuart Mill “el individualismo libre es aquel que sabe preservar su individualidad de todo lo que amenaza con borrarlo” es una forma de querer, queriéndose a uno mismo, pero estamos acostumbrados a que en el amor sólo vale la renuncia categórica del Yo. Es importante promover el desarrollo del potencial humano, buscar el consenso, respetar las propias preferencias e inclinaciones hacia ambos lados.

Culturalmente, estamos hartos de oír que en la vida, hemos de buscar nuestra media naranja, nuestro clon, mi alma gemela, y eso es pura adicción, simbiosis. Querer ser uno, donde hay dos. Estar fusionado con la pareja es cambiar la autonomía por una conciencia que se pierde en el ser amado.

Si eres una unidad con tu pareja, te pierdes. Debes buscarte a ti mismo y pasar del “ser de” al “estar con”. Pertenecer a la pareja es volverse totalmente semejante a ella y renunciar a la propia singularidad. Tenemos que ser capaces de amarnos y amar con dignidad.

Una relación es libre y autonomía cuando:

    • Puedes disponer de tu tiempo y tus cosas.
    • Expresas tus puntos de vista cómodamente.
    • Puedes desarrollar tus actividades tranquilamente.
    • Las obligaciones no te asfixian.
    • Tu pareja no te vigila ni está pendiente de ti, las 24 horas del día para demostrarte que te quiere más.
    • Sientes que creces como persona.
    • No debes pedir permiso. Hay comunicación y se respetan los espacios de cada uno.
    • Tu pareja escucha seriamente tus quejas y respeta tus decisiones, sin intentar cambiarte. Tener límites claramente definidos, mantiene a salvo nuestra individualidad.

Dos personas independientes se relacionarán con un alto grado de comprensión, de conciencia, de respeto, de dignidad, con una orientación hacia el desarrollo mutuo, con entusiasmo por las metas personales y comunes, con sentido de la cooperación, con franqueza y autenticidad… cuando somos auténticos, es como un gran regalo que hacemos a las personas con las que nos relacionamos.

Para que una relación funcione, es necesario poder expresar los sentimientos, frustraciones, defectos, deseos, miedos, necesidades, sin temor a no gustar y a que te dejen por ello. Es importante valorar a tu pareja por lo que es y no por lo que nos gustaría que fuera.

Tener una relación sana, supone atreverte a establecer tus propios límites y mantenerlos firmemente, es respetarte a ti mismo y no permitir que el otro transgreda aquello que consideras tus derechos personales.

Pero, ¿qué pasa cuando ya no te quieren y la relación se rompe? Aquí es cuando la elaboración del duelo cobra importancia. Para poder cerrar de forma adaptativa y sana la relación de pareja, se han de escuchar, tocar y elaborar todos los sentimientos que se tengan en ese momento.

Depende de si existe o no un problema de dependencia emocional, esta elaboración del duelo resultará más o menos compleja, pues no todas las mujeres aceptan de la misma forma que este proceso, aunque duro, sea necesario para poder seguir creciendo.

Abordar el problema en psicoterapia

Resulta imprescindible iniciar rápidamente la terapia psicológica a fin de conseguir desvincularse emocionalmente de la pareja. No hacerlo y seguir en dinámicas negativas puede conllevar consecuencias nefastas, ya que no es raro que del menosprecio se pase al maltrato psicológico y hasta al maltrato físico en último término. Para evitar entrar en las dinámicas crecientemente peligrosas, es importante empezar tratamiento psicológico temprano, aunque esto a la práctica es difícil de conseguir.

Tal como ocurre en las diferentes adicciones, el primer paso es que el afectado sea capaz de reconocer que tiene un problema y decida buscar la manera de solucionarlo. Este punto es muy difícil: el dependiente logrará encontrar múltiples excusas y justificaciones para su conducta. Suelen ser del tipo: “Vosotros no lo/la conocéis bien”, “Me quiere mucho”, “Nadie es perfecto”, “La culpa es mía también”. Es prácticamente imposible lograr que funcione una terapia que no haya sido requerida por el propio afectado, e igual que ocurre con las demás adicciones, será necesario una ruptura absoluta con la pareja.

Consejos para dar a una persona dependiente emocionalmente

Los mejores consejos que se pueden dar a alguien cuyo familiar o amigo sea un dependiente emocional son los siguientes:

  • No cedas nunca ante la exigencia de mantener un trato exquisito hacia la persona dominante.
  • Debes permanecer al lado de la persona dependiente, pero no mostrarte cómplice de su relación enfermiza.
  • Puedes dialogar con el afectado y hacerle entender que puede contar contigo y con la familia.
  • Si finalmente decide pedir ayuda para romper con la situación, es necesario que le acojas e impidas cualquier contacto con la pareja.
  • Puedes acudir a un profesional de la salud mental para que te proporciones pautas para tratar con una persona que está siendo dependiente emocionalmente.

Si crees que necesitas ayuda para trabajar aspectos de ti o de tu vida puedes solicitar una primera sesión informativa en el apartado de “Contacto”. En el centro de psicología sanitaria Canvis de Barcelona realizamos psicoterapia individual. Si tienes cualquier duda, puedes contactar con nosotros. Estaremos encantados de poder ayudarte.

Bibliografía

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Hoyos, M. L., Arredondo, N. H. L., & Echavarría, J. A. Z. (2007). Distorsiones cognitivas en personas con dependencia emocional. Informes psicológicos, 9, 55-69.

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