La primera gran aventura que vive el ser humano es su nacimiento. Cómo sea acogido el nuevo ser será de vital importancia en su futuro desarrollo. Para ello es necesario que las madres y/o padres se preparen para ser protagonistas de este gran momento y poder recibir en optimas condiciones al nuevo miembro de la familia.
Se inicia así desde el primer momento de la vida, un vínculo de amor y compromiso. Esto no excluye que en esta nueva etapa vital aparezcan dudas sobre que tipo de hijo desearíamos tener, que fantasías nos acompañan, cuales son nuestras capacidades y temores. Preguntas sobre nuestra función como madres y padres.
Tener un hijo nos brinda la oportunidad de seguir creciendo y es un reto que nos sirve para afrontar cuestiones que no hemos resuelto en nuestra infancia. Es un viaje de apertura mental, de descubrimiento de nuevos sentimientos y de seguir aprendiendo.
Poder disfrutar de los hijos y compartir con ellos nuevos descubrimientos es importante para nosotros mismos y para un buen desarrollo de la personalidad del nuevo ser.
Es un buen momento para compartir con profesionales expertos, deseos, proyectos, fantasías y sueños propios de esta etapa, y así poder acoger al bebé en óptimas condiciones y velar por su buen desarrollo emocional.
Todo esto ayudará a las madres y padres a prevenir problemas o dificultades que si son tratadas a tiempo será positivo para ellos mismos y para el recién nacido en su futuro desarrollo, como persona sana, libre y comprometida con la sociedad.
También es un momento importante para compartir y analizar el recibimiento del bebé por parte del resto de la familia: hermanos, abuelos, tíos,…
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