Las habilidades sociales son conductas que nos permiten relacionarnos e interactuar con los demás de forma efectiva y satisfactoria. Teniendo en cuenta que somos seres sociales, disponer de una serie de habilidades sociales es fundamental para facilitar el entendimiento con los otros y evitar malentendidos y conflictos. Estas competencias sociales se van aprendiendo de forma natural a lo largo del desarrollo. Y, precisamente, por ser aprendidas, también pueden ser enseñadas, potenciadas y/o mejoradas en cualquier momento de nuestra vida, para así mejorar nuestras relaciones en todos los niveles: familiar, académico, laboral, etc.

  • a) ¿Qué son las habilidades sociales?
  • b) ¿Cuáles son las habilidades sociales?
  • c) ¿Para qué sirven las habilidades sociales?

¿a) QUÉ SON LAS HABILIDADES SOCIALES?

Las habilidades sociales no tienen una definición única, ya que no existe consenso por parte de la comunidad científica y social, pero en general, y teniendo en cuenta sus principales características, podemos definir las habilidades sociales como un conjunto de estrategias de conducta y  capacidades que nos permiten interactuar y relacionarnos con los demás de una forma efectiva y satisfactoria.

Permiten que expresemos nuestros sentimientos, actitudes, opiniones, necesidades ,  derechos, dudas, etc., de una forma adecuada, teniendo en cuenta la situación y el contexto en el que estamos, teniendo en cuenta a los demás y a nosotros mismos. De forma que mejoran nuestras relaciones interpersonales, nos hacen sentir bien a nosotros y a los demás, y nos ayudan a llegar a acuerdos y evitar conflictos.

Es muy importante e interesante tener en cuenta las habilidades sociales se van adquiriendo a lo largo de la vida. Ya desde la infancia se van aprendiendo distintas habilidades que nos ayudan a desenvolvernos en el día a día, ya sea en casa, con los padres como modelos, o como agentes educadores que nos van enseñando qué es correcto y qué no, en cada situación, en la escuela, a través de las interacciones familiares, etc. También nuestra propia experiencia nos va enseñando qué comportamientos resultan más efectivos y satisfactorios y cuáles no. Por lo tanto, estas habilidades se pueden aprender a lo largo de toda nuestra vida.

Dada la gran importancia que tienen las relaciones en nuestras vidas, es fundamental desarrollar las habilidades sociales necesarias para que nos sea más fácil mantener relaciones sanas y positivas, resolver problemas y conseguir nuestros objetivos. Y, afortunadamente, en cualquier momento de nuestra vida podemos entrenarnos para aprender, potenciar o mejorar estas habilidades, o alguna de ellas en particular, según nuestras necesidades, desarrollándolas día a día con la práctica.

Es importante tener en cuenta que las variables sociodemográficas y la cultura son imprescindibles para entrenar y evaluar las habilidades sociales, ya que los hábitos  y formas de relacionarnos cambian dependiendo del lugar en el que nos encontremos. Saber cuándo y dónde poner las habilidades sociales en práctica, es lo que llamamos “competencia social”.

Contar con unas buenas habilidades sociales es fundamental para evitar la ansiedad en situaciones sociales difíciles o novedosas, ya que facilitan la comunicación emocional, la resolución de problemas y la relación con los demás. Por lo tanto, carecer de ellas, puede llevar a un afrontamiento de las situaciones pasivo, evitando o cediendo a las exigencias de los demás, sin poder controlar la situación. Pero también nos puede llevar a conductas exigentes o agresivas con los demás, imponiendo nuestros criterios, sin respetar los derechos y necesidades de los demás.

La falta de habilidades sociales suele estar en la base de muchos problemas de relación con los demás, o problemas psicológicos como depresión y ansiedad. Es pues, muy importante trabajar este aspecto. El entrenamiento en habilidades sociales se incluye en numerosos tratamientos psicológicos tanto a nivel individual como grupal.

Todas las personas nos podemos beneficiar de un programa de entrenamiento en habilidades sociales, para mejorar nuestras relaciones, y crecer en los distintos ámbitos de nuestras vidas.

¿b) CUÁLES SON LAS HABILIDADES SOCIALES?

Existen numerosas habilidades sociales, pero en general las podemos dividir en BÁSICAS y COMPLEJAS:

  • Habilidades sociales BÁSICAS:

1- Saber escuchar. No es lo mismo oír que escuchar. Escuchar implica atender al otro de forma activa, cercana y empática. Es uno de los primeros pasos necesarios para establecer una buena interacción social. Aunque parece obvio que escuchamos a los otros cuando se comunican con nosotros, en numerosas ocasiones estamos más pendientes de nuestros propios pensamientos, ideas preconcebidas, fantasías acerca del otro o de la relación, impidiendo que nos llegue lo que el otro realmente nos está comunicando. Ser competentes en este sentido es básico e imprescindible para una sana interacción.

2- Iniciar conversaciones. La forma como empezamos una conversación dice mucho de nosotros. Como dicen los refranes populares: “empezar con mal pie” o “la primera impresión es la que cuenta”, el primer contacto puede marcar una relación, por lo tanto hay que cuidar este aspecto. Un buen inicio requiere soltura, positividad, cortesía, cercanía, y sobretodo ser conscientes del otro, del tipo de interlocutor/es que tenemos delante y del contexto en el que estamos, para poder adecuar nuestra conversación, mostrando nuestras  dotes comunicativas según las circunstancias.

3- Formular preguntas. Saber preguntar es saber reclamar, saber buscar información, o realizar peticiones, haciendo uso de una correcta asertividad, es decir teniendo en cuenta mis necesidades y a la vez respetando al otro. Es una de las primeras competencias sociales que aprendemos en la infancia, tanto en el contexto familiar como en las aulas. Saber preguntar respetando nuestro turno, buscando el momento adecuado, y haciendo preguntas de forma adecuada.

4-Dar las gracias. Es una forma de reconocer al otro, a la vez que es una muestra de respeto y de civismo. Esta habilidad tan básica y que muchos de nosotros ponemos en práctica en nuestro día a día, de una forma casi mecánica con muchas personas prácticamente desconocidas, a veces, se nos puede olvidar en nuestras relaciones más cercanas, ya que podemos pensar que es un formalismo que no innecesario cuando tenemos ya mucha confianza con alguien, pero eso es un error, y saber dar las gracias es fundamental en cualquier tipo de relación.

5-Presentarse y presentar a otras personas. Es una habilidad básica muy importante que tendremos que desarrollar en distintos contextos: familia, amigos, ámbito académico o laboral. Consiste en saber introducirnos o introducir a otros de forma adecuada.

6- Realizar cumplidos. Al igual que dar las gracias, saber realizar cumplidos es una forma no sólo de reconocer al otro, sino que también implica valorarlo y saber hacérselo saber. Es necesario hacerlo de forma asertiva, ya que no cualquier cumplido vale o no siempre es el momento adecuado. Del mismo modo que no todo el mundo sabe realizar cumplidos de forma adecuada, a veces, por extraño que parezca nos cuesta recibir cumplidos. Por ejemplo cuando existe algún problema de autoestima, recibir un cumplido puede resultar difícil o podemos no saber cómo reaccionar de forma sana, y por ello es una habilidad social que podemos entrenar para mejorar nuestro autoconcepto.

  • Habilidades sociales COMPLEJAS:

Es importante tener en cuenta que es necesario aprender y tener cierto dominio de las habilidades básicas para poder desarrollar habilidades sociales complejas.

1- Empatía. Es la capacidad de ponerse en el lugar de la otra persona. Es esencial para cualquier dinámica y contexto y es básica para poder desarrollarnos de forma sana a nivel social.

2- Inteligencia emocional. Es la habilidad social de una persona para manejar los sentimientos y emociones, saberlos distinguir y utilizarlos para dirigir los propios pensamientos y acciones.

3- Asertividad. Es la capacidad de expresar las opiniones, los sentimientos, las actitudes y los deseos, y reclamar los propios derechos, en el momento adecuado, de forma que no afecte a los derechos de los demás.

4- Capacidad de resolver problemas. Es la habilidad para analizar una situación, teniendo en cuenta mis necesidades y capacidades, las de los otros, las prioridades, los elementos objetivos, las distintas posibilidades y alternativas, para encontrar soluciones a los problemas surgidos. Requiere una buena capacidad para actuar de forma proactiva, controlando el tiempo, encontrando o sabiendo negociar las soluciones más apropiadas para cada caso, teniendo en cuenta las consecuencias a corto y largo plazo.

5- Capacidad de comunicar sentimientos/ emociones y modulación de la expresión emocional. Poder manifestar ante las demás personas nuestros sentimientos de una forma correcta, asertiva, teniendo en cuenta al otro. Tanto los sentimientos y emociones positivos como los negativos.

6- Negociación. Capacidad de comunicación dirigida a la búsqueda de una solución que resulte satisfactoria para todas las partes.

7-Pedir. Requiere de la capacidad para ser conscientes que no lo sabemos todo, que no podemos resolverlo todo y que necesitamos de los demás, para pedir consejo, apoyo, etc. Saber pedir no es lo mismo que exigir. Pedir ayuda de forma efectiva, desde nuestra necesidad y respetando al otro es un ejemplo de un buen dominio de las habilidades sociales.

  • También podemos encontrar otro tipo de habilidades sociales relacionadas con aspectos concretos, como por ejemplo:

+ Habilidades afectivas: conocer los propios sentimientos, expresar los sentimientos, comprender los sentimientos de los demás, enfrentarse con el enfado de otros, expresar el afecto, gestionar el miedo, respetar los sentimientos.

+ Habilidades para hacer frente al estrés: formular una queja, responder a una queja, resolver la vergüenza, saber defenderse y defender a los otros, responder al fracaso, responder a la persuasión, enfrentarse  a los mensajes contradictorios, responder a las acusaciones, hacer frente a la presión grupal, preparase para conversaciones difíciles.

+ Habilidades de planificación: toma de decisiones, buscar las causas del problema, establecer objetivos, conocimientos de las propias capacidades, recogida de información, jerarquizar los problemas, concentración en la tarea.

+ Habilidades alternativas a la agresión: compartir, autoestima, saber pedir, ayudar, negociar, autocontrol, defender los propios derechos, responder a las bromas, evitar peleas.

Y por último, destacar el AUTOCONOCIMIENTO, que según la Organización Mundial de la Salud, es la base de las Habilidades para la Vida, y consiste en captar mejor nuestro ser, personalidad, fortalezas, debilidades, actitudes, valores, aficiones, etc. Construir sentidos acerca de nosotros mismos, de las demás personas y del mundo que compartimos. Saber qué se quiere en la vida e identificar los recursos personales con que se cuenta para lograrlo. El autoconocimiento es el soporte y el motor de la identidad y la autonomía, y un paso fundamental y previo para poder conocer cuáles son nuestros puntos fuertes y débiles en lo que a habilidades sociales se refiere.

¿c) Para qué sirven las habilidades sociales?

Como ya hemos comentado al principio, las habilidades sociales nos permiten relacionarnos con los demás de manera satisfactoria en cualquier contexto: familiar, amistades, laboral, académico, etc. Desarrollar estas habilidades es fundamental para conseguir unas relaciones óptimas y satisfactorias con los demás.

El adecuado dominio de estas habilidades es beneficioso para aprender a expresarse y comprender a los demás, tener en cuenta las necesidades e intereses de los otros, poder resolver problemas de manera más fácil y encontrar las soluciones más satisfactorias, en nuestro día a día con los demás.

Existe la creencia de que el atractivo social es innato y no podemos hacer nada para cambiarlo, pero esto no es del todo cierto. Las habilidades sociales, como la mayoría de habilidades se van adquiriendo a lo largo de la vida, con la experiencia. Desde que somos pequeños vamos aprendiendo a relacionarnos con los demás. El aprendizaje de habilidades sociales comienza a una edad muy temprana y marcará el desarrollo posterior de la persona.

Como pasa con todas las habilidades personales, existe una base innata al principio, pero pronto se le suman las influencias externas de nuestro entorno (familia, colegio, amigos, etc). Por lo tanto son habilidades que se aprenden y se pueden entrenar a lo largo de todo nuestro ciclo vital.

En muchos problemas psicológicos como la ansiedad, la depresión, problemas de conducta, etc., el área de las habilidades sociales es una de las más afectadas, por lo que trabajar con ellas es básico en la rehabilitación psicosocial.

Pero cualquier persona puede beneficiarse del entrenamiento en habilidades sociales para mejorar sus relaciones a nivel personal, social y laboral, en cualquier contexto de la vida cotidiana. Ya que las habilidades sociales permiten desempeñar las siguientes funciones:

– Son reforzadores en situaciones de interacción social

Mantienen o mejorar la relación interpersonal

Impiden el bloqueo del reforzamiento social de las personas significativas para el sujeto

Disminuyen el estrés y la ansiedad ante determinadas situaciones sociales

-Mantienen y mejoran la autoestima y el autoconcepto

El entrenamiento en habilidades sociales nos ayuda en los siguientes aspectos:

– saber qué conductas son las adecuadas o necesarias en cada situación concreta.

– nos brinda la oportunidad de observar nuestras propias habilidades para poderlas poner en práctica. Y a la vez, ser más conscientes de cuáles son aquellas que debemos mejorar.

permite obtener feedback, retroalimentación, en relación a lo efectivo o no de nuestra ejecución.

– ayuda a mantener los logros alcanzados, ya que los vamos reforzando.

– consigue que las respuestas aprendidas se hagan habituales en nuestro día a día, consolidando y generalizando las habilidades trabajadas.

Una baja competencia en las relaciones nos puede llevar al fracaso en los distintos ámbitos de nuestra vida: trabajo, estudios, pero también con nuestras amistades, pareja o familia. Así que son muchas las áreas que van a mejorar con el trabajo psicológico de entrenamiento en habilidades sociales.

  • En el Centro de Psicología Canvis, de Barcelona, nuestro equipo de psicólogos/as, te puede ayudar a mejorar tus habilidades sociales, acompañándote a la hora de explorar cuáles son tus puntos fuertes y débiles, proporcionándote técnicas y ejercicios para mejorar o adquirir nuevas habilidades sociales o potenciando aquellas que ya posees, ya sea de forma individual o grupal, o a través de nuestros talleres.

Por poner algunos ejemplos, las habilidades sociales nos pueden ayudar a:

integrarnos en un nuevo grupo.

-actuar correctamente en una reunión o entrevista de trabajo aumentando las posibilidades de éxito.

-expresarnos con mayor fluidez, seguridad y de forma más convincente y atractiva cuando tengamos que hablar en público.

-mejorar la comunicación con nuestra pareja o nuestros hijos, para que nos podamos relacionar de forma mucho más satisfactorias.

En definitiva, las habilidades sociales van a mejorar nuestras relaciones sociales, haciendo que nos sintamos mejor, nos aceptemos más y nos sintamos más satisfechos, repercutiendo de forma positiva en todas las áreas de nuestra vida. Por esto es importante aprender y entrenar nuestras habilidades, potenciando las que ya tenemos y adquiriendo las que nos faltan para vivir una vida más viva, plena y feliz.