Los dibujos de los niños son una herramienta de expresión y comunicación mediante la que los pequeños comienzan a ser capaces de representar el mundo y la realidad que los rodea. Al principio, el dibujo se presenta como parte del desarrollo de la actividad motora, por lo que los dibujos son una reproducción de los gestos de la mano. Asimismo, existe una cercana relación entre el dibujo y el juego, puesto que los infantes se lo pasan muy bien realizando esta actividad, descubriendo y mezclando colores. Es por ello que en las etapas más tempranas, los niños invierten gran parte de su tiempo a dibujar como parte de su tiempo de juego porque es una tarea que les resulta muy agradable.
Además, el dibujo influye en tres regiones imprescindibles para el desarrollo de los pequeños en su infancia: la cognitiva, emocional y motora. De este modo, a nivel cognitivo pueden expresar su visión de las cosas, incrementar su imaginación y creatividad; a nivel emocional, pueden reflejar lo que les angustia, sus anhelos, intereses y todo aquello que resulta complicado describir con palabras; y a nivel motor trabajan su motricidad fina y los movimientos que, más adelante, estarán implicados en la escritura.
Mediante el dibujo, a partir de las primeras muestras y garabatos, los pequeños expresan sus rasgos de personalidad, su estado emocional, su manera de ver el mundo, el vínculo con sus padres y, en definitiva, su mundo interior. Por ello es que el dibujo es una herramienta tan importante para entender qué nos quieren decir los niños, aunque siempre hay que tener en cuenta que no son muestras definitivas, ya que la interpretación depende de numerosos factores y no se puede realizar de manera aislada sin valorar un conjunto más extenso de variables.
Por ende, hay que considerar que la información que recojamos del dibujo del infante nos permite atisbar los problemas que pueden existir en su cosmovisión, pero no tendremos las claves sobre el contenido de dichos problemas. Es por ello que se recomienda ser muy prudentes a la hora de realizar observaciones de los niños, sobre todo si estos pueden padecer algún tipo de sintomatología y, en caso de dudas, consultar primeramente a un profesional.
¿Cómo interpretar los dibujos de los niños?
Antes de nada, hay que entender que cada niño es diferente, independientemente de estar transitando la misma etapa evolutiva que los demás niños. Todos tienen sus propias experiencias, un entorno propio, un específico grado de madurez… Y justamente por ello es por lo que es tan importante tener en cuenta todos estos factores de su vida a la hora de analizar sus dibujos. Así, para realizar la interpretación hay que tener en cuenta lo siguiente:
- Tamaño que se le asigna a las figuras y objetos
Por ejemplo, en cuanto a la distribución del papel, los niños que utilizan poco espacio en el papel acostumbran a ser niños inseguros, con sentimientos de insuficiencia y responden de manera controlada a las dificultades del entorno. Por contrario, si ocupan mucho espacio, suelen ser niños con mucha imaginación, también pueden ser vanidosos y responden de manera agresiva a la presión del entorno.
Por otro lado, normalmente, la figura de referencia es la primera que se representa, aunque no necesariamente tiene que ser así, ya que este personaje puede dibujarse posteriormente y se le suelen incluir un mayor número de detalles o representarse como una figura de mayor tamaño con respecto al resto de integrantes. Del mismo modo, si por ejemplo se dibuja a un hermano mucho más pequeño y con una cantidad menor de detalle que al resto, puede significar que el niño siente cierta desvalorización por este integrante.
Más cuestiones de tamaño atañen a partes del cuerpo, como son las orejas: si el niño las destaca y se esmera en su representación, puede interpretarse como que le preocupa lo que el resto pueda pensar o hablar de él.
En general si el niño ocupa toda la hoja para dibujar, suele significar que se trata de un niño que posee seguridad en sí mismo y, por contrario, si no ocupa una cuarta parte de la hoja, puede interpretarse como que presenta signos de inadecuación, retraimiento, o que se siente inferior o insuficiente.
- Distribución de los objetos y las personas
Para empezar, la parte izquierda de la hoja representa el pasado, el centro es el presente y la zona derecha es el futuro.
Si el niño dibuja los personajes en la parte superior de la hoja, suele representar que son muy imaginativos, que tienen muchas ideas, espirituales. También que tienen metas que son difíciles de lograr o que sienten que están realizando un sobreesfuerzo en algo.
A su vez, si representan su dibujo en la parte inferior izquierda, suelen ser niños realistas y concretos, que tienen por objetivo enfocarse en lo tangible y sólido. A la vez, se observa mayoritariamente en niños propensos a la introversión y también a conductas impulsivas. Puede considerarse la tendencia a que estos niños se enfoquen hacia las vivencias que les han sucedido en el pasado.
Hay que prestar mucha atención hacia los niños que pueden terminar su dibujo en la mesa por la parte inferior, ya que puede significar que esté teniendo sentimientos depresivos y de gran malestar.
Los niños que plasman su dibujo en la parte central son los que presentan un gran afecto. Digamos que utilizan la “parte del corazón” del papel, lo que también puede indicar seguridad.
Si nos fijamos en la cercanía existente entre los integrantes del dibujo puede simbolizar algún tipo de relación especial entre dichos integrantes según el punto de vista del niño. Así, si por ejemplo el niño representa a su hermana en medio de ambos progenitores, quizás percibe que ella puede estar recibiendo más atención o cariño por parte de estos. Si hubiera hecho lo contrario, poniéndose a él en su lugar, podría interpretarse como que busca cierto apoyo y protección por su parte. Asimismo, normalmente en los dibujos se pueden encontrar dos tipos de aproximación entre los personajes, la cercana y la distante, aunque a veces no se perciba de una manera drástica. De este modo, si están muy separados entre ellos, puede indicar que físicamente el niño siente que no le dedican mucho tiempo, que no se comunican mucho o que existe distancia emocional y/o sentimental entre ellos. En casos más extremos, si el niño dibuja a cada miembro o integrante de la familia en una esquina de la hoja, implicaría que probablemente haya mucha distancia emocional entre todos ellos, gran déficit de comunicación, falta de vínculos o actividades en común.
- Orden de representación de los personajes
La primera persona a la que va a dibujar el niño se considera la más importante para él, por lo cual, ese personaje representaría a la persona que el niño más quiere o admira, teme o envidia. De este modo, si se dibuja a si mismo primero, podría significar que tiene un alto nivel de egocentrismo, pero este debería diluirse en las primeras fases de la infancia.
En cuando al individuo que pueda dibujar en último lugar, esto también es muy relevante, puesto que es la persona a la que menos importancia le da. Así, si es su madre o su padre, puede significar que lo desvaloriza o si el niño se dibuja a él en último lugar es porque no siente mucha estima por sí mismo.
- Omisión de algún elemento en el ámbito familiar
Eliminar a un integrante es el nivel máximo de infravaloración hacia esa persona, por lo que si el niño decide suprimir a algún miembro de su unidad familiar, significaría que hay un grado de conflicto importante con respecto a ese individuo. En este sentido, como el niño no quiere enfrentar el sentimiento incómodo que le provoca la relación con esa persona, decide evitar incluirlo en su dibujo. A su vez, también existe la posibilidad de que sí que lo incluya, pero en su lugar suprima su cara porque lo dibuje de espaldas, o lo tape de algún modo.
Otro elemento importante en cuando a su presencia o ausencia son las manos, ya que si estas se representan escondidas o ausentes por completo es un signo de que el niño se encuentra falto de cariño. Las manos representan el contacto, el órgano mediante el que se acaricia, se dan muestras de afecto, aprobación, cercanía… por lo que si no están presentes en el dibujo habría que valorar que existieran dificultades en su relación con su familia y su entorno.
- Presión en el trazo del dibujo
Cuando hablamos de presión nos referimos al momento en que se borra el lápiz, pero el trazo no desaparece del todo o si se deja marca en la hoja de debajo (en caso de haberla).
Si la presión del lápiz o del material que se esté utilizando es muy fuerte, podría significar que el niño se encuentra tenso o enfadado. En ocasiones esta presión se puede ver sobre algún personaje en concreto en el dibujo y no en otros, con lo cual esos sentimientos tendrían que ver con esa figura en particular.
Si el trazo es corto o discontinuo, con figuras sin terminar, probablemente se trate de un niño impulsivo, ya que le cuesta acabar el dibujo porque se distrae o quiere empezar a dibujar lo siguiente. Si por contrario se trata de un trazo más largo, hablaríamos de niños más tranquilos y con mayor autocontrol.
A su vez, si el trazo resulta poco marcado y tembloroso, puede reflejar una personalidad insegura, que busca la aprobación del resto.
- El borrado de los dibujos
Normalmente si el niño borra muchas cosas de su dibujo suele ser indicador de conflictos emocionales, perfeccionistas, personalmente insatisfechos, inseguros… del mismo modo, si utiliza mucho el sombreado, podría estar expresando ansiedad o angustia emocional. Incluso pueden llegar a arrugar el dibujo y empezar uno nuevo viendo que han borrado muchas veces y quedan las marcas.
- Elección de los colores
Los colores son el mejor reflejo de cómo percibe el mundo el niño. Por ejemplo, si utiliza muchos colores, puede tratarse de un niño que se siente muy feliz, que es alegre, curioso, motivado… y si, por el contrario, utiliza siempre los mismos colores y con poca variedad, puede significar cierta inseguridad o tristeza.
Del mismo modo, los niños con más entusiasmo y extroversión buscarán colores más vivos y cálidos, aunque si son nerviosos o irritables, pueden mezclar mucho los colores e incluso llegar a superponerlos hasta hacerlos irreconocibles.
También, por un lado, los niños más emocionales y sensibles, suelen escoger colores más fríos y oscuros. Por otro lado, si se trata de niños que presentan miedos y preocupaciones, suelen evitar los colores en los dibujos y, por último, los niños con tendencias obsesivas escogen muy bien los colores que van a utilizar y tratan de no salirse de la línea cuando colorean.
De nuevo, cabe destacar que todas estas referencias son aproximaciones y tendencias, por lo que no se trata de afirmaciones absolutas sobre cómo son los niños. El análisis de los dibujos es una herramienta muy valiosa para poder descubrir esos detalles de la vida de los más pequeños que habría que atender en caso de encontrar signos de alarma.
De todos modos, tal y como se mencionaba al inicio, en caso de tener algún tipo de duda o sospecha sobre el bienestar del niño, es mejor acudir a un profesional de la salud. Es por ello que, desde el Centro de Psicología Canvis tendemos la mano a los pequeños y a sus familias ya que disponemos de profesionales especializados en el área infanto-juvenil que pueden ofrecer una atención personalizada en caso de que necesiten ayuda y soporte.
Referencias Bibliográficas
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Molina-Jiménez, A. (2015). El dibujo infantil: Trazos, colores e historias que nos hacen reflexionar y aprender. Revisa electrónica Educare, 1, 167-182.
Puleo Rojas, E. M. (2012). La evolución del dibujo infantil. Una mirada desde el contexto sociocultural merideño. Educere, 53, 157-170.
Psicóloga Residente en el Centro de Psicología Canvis
Grado Universitario en Psicología (URV)
Máster en Intervención en Violencia de Género (VIU)
Máster en Psicología General Sanitaria (CUSE)