Los celos son una de las emociones humanas básicas y universales que surgen cuando una persona percibe una amenaza hacia alguien que considera propio. Es una emoción compleja y hay que considerar varios factores para poder entenderla.
Se trata de una respuesta emocional intensa que provoca sensaciones de malestar psicológico. Y aunque es natural y normal en los seres humanos, en ocasiones puede llegar a convertirse en patológica y causar mucho sufrimiento.
En este artículo vamos a intentar comprender mejor esta emoción, cómo puede afectar a nuestras relaciones de pareja y cómo manejarla.
¿Qué son los celos?.
Los celos son una emoción o sentimiento que surge ante el miedo a perder a alguien que asumimos que nos pertenece y que nos abandonaría por otra persona. El miedo es una señal de alarma que nos informa de la existencia de un peligro, en este caso el riesgo que puede suponer perder a un ser querido, un ser que creemos que nos pertenece o que creemos necesitar.
Pueden aparecer en cualquier tipo de relación: en la pareja, entre hermanos, primos, amigos, familiares, colegas de trabajo, etc. En el caso de la pareja la base que los sustenta es la infidelidad, real o imaginaria. Los celos serían una actitud de sospecha, inquietud, miedo o recelo de que la persona amada nos pueda abandonar porqué prefiere a otra persona.
A menudo se tiende a relacionar los celos con la envidia, pero mientras que los celos son un miedo a perder algo que ya tenemos, la envidia se refiere al sentimiento de tristeza o enojo que una persona siente cuando desea hacer o tener lo que otra persona hace o tiene y ella no.
¿Existe una base biológica que explique los celos?
Los celos aparecen también en otras especies animales (como por ejemplo los chimpancés o los perros). Y se tiene constancia de que afectan a los humanos desde tiempos ancestrales, siendo una temática recurrente en la mitología Griega o en las narraciones de la Biblia.
Desde el punto de vista de la evolución de la especie y para muchas especies animales los celos tienen una función importante para ambos sexos: el sexo masculino cuida la fidelidad sexual de sus parejas para estar seguros de que los descendientes en los que invierten su energía y recursos son sus hijos. Y el sexo femenino se asegura el cuidado, la protección o la posibilidad de sobrevivir cuando ello depende de tener una pareja.
Los celos son una respuesta emocional y cualquier emoción puede resultar adaptativa. En este caso, el miedo a perder a un ser querido o importante para nosotros, puede resultar adaptativo y eficaz para proteger la relación.
Esta carga genética relaciona los celos con la supervivencia, la dependencia y la posesividad. También explicaría los celos entre hermanos, desde un punto de vista evolutivo ya que el miedo a perder o no ser querido o atendido por los cuidadores, que podrían atender solamente a los otros hijos, puede poner en riesgo nuestra vida.
Por lo tanto podemos entender que existe una base biológica, un instinto, un impulso, un miedo ancestral, que nos advierte de la amenaza ante la posibilidad de perder a alguien que es importante o imprescindible para nuestra supervivencia.
Otras causas de los celos y las características de las personas celosas:
Los celos son una emoción compleja y por ello en su raíz podemos encontrar diversos factores: biológicos, de personalidad, experiencias de la vida de la persona, patrones de crianza, creencias culturales, etc.
–Baja autoestima, inseguridad: lo que lleva a las personas celosas a creer que no son lo suficientemente valiosos para su pareja y por ello, tarde o temprano, les va a abandonar por otra persona que tenga más valía personal. Suelen ser personas que necesitan un elevado control sobre su entorno para sentirse seguras y tenderán a tener más conductas controladoras y de supervisión. La intolerancia a la incertidumbre también lleva a conductas de control para rebajar la ansiedad.
– Dependencia y miedo a la soledad: una pareja sana necesita autonomía en cada uno de sus miembros. Las personas celosas suelen necesitar del otro para sentirse válidas, esto genera una gran angustia a perder a la persona amada al sentir que “sin el otro, yo no valgo nada”.
– Experiencias sentimentales traumáticas previasen las que fueron objeto de infidelidades , que han generado una preocupación y un miedo patológico a volver a sufrir el mismo problema. El no haber superado una traición puede llevar a la persona a desconfiar de todo el mundo y a tener pensamientos irracionales del tipo “todos/as son iguales, infieles y mentirosos por naturaleza”.
– Creencias y expectativas falsas sobre el amor y las relaciones: como ya hemos comentando anteriormente existe un mito que es falso y que dice que “si amas debes sentir celos”. O que el amor significa querer estar todo el tiempo con la pareja o satisfacer todos los deseos del otro. La posesividad nos lleva a considerar que la otra persona “nos pertenece” y por ello está obligada a dedicarnos atención exclusiva, esta creencia irracional y falsa, está muy extendida y se encuentra en la base de muchos casos de celos patológicos.
– Modelos y vínculos parentales pobres: muchas personas celosas sufrieron en su infancia un trato indiferente, o fueron ignorados, desplazados o abandonados por el padre, la madre o ambos. Esto puede generar un bloqueo, un trauma en la infancia que hasta que no sea integrado y asimilado adecuadamente genera un miedo en el adulto a ser abandonado.
Celos normales y celos patológicos.
Sentir celos es normal e incluso puede resultar adaptativo como cualquier otro miedo, ya que es una señal que nos avisa de una amenaza. En el caso de la pareja, nos advierte de la posibilidad de que nuestra relación esté en peligro y si queremos mantenerla, podemos intentar buscar una solución. Podemos considerar los celos como un sistema de alerta temprana cuando se comprueba que le falta algo a la relación.
Los celos están relacionados con la idea de fidelidad (o la infidelidad) y ésta depende de las creencias, los pactos, los compromisos, los límites que hayan acordado los miembros de la pareja. Pero afirmar que los celos aparecen porque la pareja es infiel, es un mito falso, ya que una persona puede sentir celos sin una causa real que los justifique. Los aspectos culturales y sociales también van a influir a la hora de analizar los celos como adaptativos, aceptables o normales. Y en última instancia van a ser los dos integrantes de la parejalos que decidan cuando los celos que existan en la relación son aceptables o no.
En la base de la patología mental, está el sufrimiento. Y cuando los celos provocan un sufrimiento que se vuelve habitual, intenso o intrusivo, nos indica éstos ya no son adaptativos y que se han vuelto dañinos y patológicos.
En los celos patológicos hay tres características nucleares (Echeburúa, 2001):
– No existe una causa real desencadenante.
– Las sospechas presentan una naturaleza extraña.
– Se produce una reacción irracional del sujeto afectado, incluyendo una pérdida de control.
En los celos patológicos la persona está convencida o cree que su pareja le es o le va a ser infiel sin ninguna base sólida que sostenga esta idea. Los pensamientos intrusivos, la desconfianza y las conductas destinadas a confirmar la creencia de infidelidad, se convierten en algo nuclear en la relación.
Los celos patológicos o celotipia no siempre es vista como un problema por la persona que lo sufre ya que en ocasiones se interpreta como una conducta de preocupación y amor hacia el otro. Esto se sustenta en la idea de que si amamos a una persona debemos sentir celos, y ésta es una idea falsa. El amor se demuestra de otras maneras. Los celos indican miedo, inseguridad y dependencia.
¿Cómo se manifiestan los celos patológicos?.
La sintomatología de los celos patológicos es clara y se manifiesta en diferentes niveles que se retroalimentan entre ellos:
– Nivel cognitivo: la persona que sufre celotipia tiene de forma habitual pensamientos distorsionados e intrusivos sobre la posibilidad de infidelidad por parte de su pareja. De forma recurrente le vienen pensamientos e imágenes sobre qué estará haciendo su pareja y con quién. Presenta una tendencia a procesar los estímulos ambiguos (como una sonrisa, una mirada, un mensaje a un/a amigo/a) como muestras inequívocas de infidelidad. También suele compararse con otras personas con las que se relaciona su pareja, focalizándose en los aspectos positivos del otro y negativos de sí mismo, y por ello las percibe como amenazantes.
– Nivel conductual: aparecen conductas que buscan confirmar sus creencias, tales como interrogatorios a la pareja, acusaciones, revisión del móvil, preguntas frecuentes sobre las personas con las que se relaciona, etc. Necesitan mantener el contacto de forma constante con su pareja y presentan conductas que permitan el acceso continuo a la persona amada. Las conductas son de supervisión y control del otro. Y presentan conductas negativas en la interacción hacia el otro, como por ejemplo reproches, críticas, enfado, victimización, amenazas, conductas violentas, etc.
– Nivel emocional: las personas celosas sienten desconfianza y suspicacia, miedo, ira irritabilidad, ansiedad y/o depresión. Dependiendo del tipo de emoción que sientan, predominarán un tipo de conductas. Por ejemplo, en general, la ira lleva a la hostilidad, la tristeza a la sumisión, la ansiedad a las conductas de control y spervisión. Además de con su pareja, las personas con celos patológicos desarrollan sentimientos negativos hacia el entorno con el que se relaciona la pareja.
Consecuencias de los celos:
Las consecuencias de los celos se manifiestan tanto en la persona que los sufre, la persona objeto de los celos y la propia relación.
–La persona celosa suele padecer trastornos relacionados con la ansiedad, la depresión, la irritabilidad y la dificultad para controlar la ira. Además de presentar sensaciones de pérdida de control sobre la relación, sentimientos de culpabilidad y pérdida de autoestima. Puede ser que emplee estrategias directas afrontamiento o confrontación (interrogatorios, castigos, amenazas, etc), o estrategias indirectas para intentar restablecer la relación o para centrarse en superar el malestar emocional propio. Todo ello supone desgaste y sufrimiento.
–La persona que sufre o sobre la que se manifiestan los celos suele presentar sentimientos de frustración, distanciamiento emocional con la pareja o miedo a las reacciones de la pareja. Y buscará protegerse de las conductas de control de la persona celosa. También aparece confusión sobre la adecuación y la idoneidad de sus conductas, necesidades y deseos personales, que le hará desarrollar sentimientos de culpabilidad.
–La pareja se va a ver afectada por estas dinámicas disfuncionales, en las que se establecen pautas de acercamiento y a la vez de alejamiento de los miembros. Las conductas de control de la persona celosa, generan alejamiento en la otra persona, para poder preservar su autonomía e intimidad. Esto será interpretado por la persona celosa, como señal de infidelidad y generará más control. Entrando así en situaciones insostenibles y un círculo vicioso que van a afectar de forma negativa en la relación y que pueden llevar a su ruptura, ya que muchos elementos centrales de la relación se encuentran afectados por los celos.
Tratamiento de los celos:
Hemos comentado que los celos son una emoción normal y natural en las personas, todos hemos sentido celos alguna vez y éstos tienen una función adaptativa, ya que el miedo es útil para detectar los peligros, y las “pre-ocupaciones” son útiles como primer paso a la hora de pasar a la acción y “ocuparnos” de algo que puede ser importante en nuestras vidas. El problema es cuando esta emoción se vuelve patológica, enfermiza
Existe un mito falso que dice que “la persona celosa, lo es por naturaleza y nada se puede hacer”. Sí, los celos son naturales en el ser humano, pero ello no justifica los celos patológicos, ni quiere decir que no se pueda hacer nada cuando aparece el problema. Por lo tanto para solucionar este problema, hay que deshacerse de las etiquetas: “no soy una persona celosa, soy una persona que manifiesta los celos de una manera inadecuada”.
La intensidad de los celos, como hemos dicho anteriormente, depende también de la relación de pareja, de aprendizajes, de experiencias pasadas, modelos parentales y culturales, inseguridad, baja autoestima, etc. Y estos factores son aspectos sobre los que podemos trabajar para cambiar y mejorar nuestras vidas.
Para poderlo solucionar, el primer paso es que la persona celosa identifique y reconozca que tiene un problema que le genera malestar a el/ella y a su pareja. Además es importante que se responsabilice de sus emociones y sentimientos. Culpar a la otra persona de nuestro malestar, es un error y nos condena a permanecer en la misma situación. Es importante estar dispuesto/a a hacer algo diferente de lo que hacíamos hasta ahora. Es necesario que aprenda a permitir espacios y a confiar en la pareja.
También hay que trabajar las habilidades sociales, la asertividad de la persona celosa, para que sus respuestas sean más sanas y adaptativas.Fomentar su autoestima, para que aprenda a valorarse y a confiar en si mismo/a y en su pareja. Y a la vez, sea capaz de confiar en que puede enfrentar y asimilar un abandono real,disminuyendo de esta manera la sensación de dependencia que genera miedo y posesividad en la relación.
En el centro de Psicología Canvis de Barcelona, nuestro equipo de psicólogos/as te puede ofrecer el apoyo que necesitas si te ves afectado/a por un problema de celos, ya sea porqué los celos que sientes te generan malestar o porqué sufres los celos de tu pareja. Mediante un tratamiento personalizado y teniendo en cuenta tus necesidades y preferencias, se valorará la conveniencia de un tratamiento individual o de pareja, para poder facilitar la toma de conciencia del problema, mejorar la comunicación, reestablecer la confianza en uno/a mismo/a o en la pareja, resolver posibles conflictos del pasado que mantienen el problema y no permiten avanzar. Mejorando la autoestima, para poder iniciar un proceso de cambio hacia una relación más sana y satisfactoria.
Psicóloga Emma de las Heras Mayor
Licenciada en Psicologia por la Universidad de Barcelona
Formada en Terapia Gestalt (Institut Gestalt)
Máster en Psicología General Sanitaria (Universidad Internacional de la Rioja)