En esta entrada del blog del centro de psicologia Canvis se tratará el cáncer de mama;; éste se refiere a la multiplicación sin control de las células de la zona de las mamas. Hay distintos tipos de cáncer de mama según qué tejidos de la zona están afectados. Para simplificar, las mamas están formadas de tres partes: lobulillos, donde se produce la leche, los conductos que llevan la leche de los lobulillos al exterior a través del pezón y el tejido conectivo formado por músculo y grasa que mantienen las otras partes en su lugar y protege la mama. La mayoría de cánceres empiezan en los lobulillos o en los conductos, con la posibilidad de diseminarse a los demás tejidos próximos, y si llega a los vasos sanguíneos o al sistema linfático puede llegar a otras partes del cuerpo produciendo lo que llamamos metástasis.

El cáncer de mama lo pueden padecer tanto hombres como mujeres, ya que las partes de la mama son las mismas en ambos, aunque durante la pubertad el proceso de desarrollo de las mamas no es igual, es por eso que los tipos de cáncer que pueden aparecer son los mismos. Aun  así, la gran mayoría de los casos aparecen en mujeres, siendo la prevalencia de 1 hombre por cada 100 mujeres, y por eso en este artículo nos vamos a dirigir sobre todo a ellas.

En este parrafo comentaremos brevemente los factores de riesgo para padecer cáncer de mama, para clasificarlos inicialmente hay dos tipos de factores, los que no podemos cambiar, como puede ser la edad, ya que el riesgo augmenta a medida que nos hacemos mayores, el sexo, como se ha comentado en el parrafo anterior, las mujeres se ven más afectadas que los hombres. Si ha habido antecedentes previos en la familia de enfermedades en el pecho o de cáncer de mama. El inicio de la menstruación antes de los 12 años o una menopausia retardada, después de los 55, también pueden ser factores de riesgo. Estos son algunos de los factores que no podemos alterar, pero hay otro grupo de factores que son los que sí podemos trabajar, como llevar una vida saludable y hacer deporte nos puede ayudar a reducir riesgos. La ingesta de alcohol, tabaco o de algunas hormonas puede hacer aumentar también el riesgo. Finalmente, el historial reproductivo; ya que quedarse embarazada a una edad avanzada, no dar el pecho, o no tener hijos pueden conllevar un incremento del riesgo.

Estos son algunos de los factores de riesgo, esto no quiere decir que si están en alguna de estas situaciones vayas a padecer cáncer de mama, pero es importante hacer una buena prevención. El primer paso para ello es una vida sana y equilibrada, pero otro aspecto muy importante es conocer bien tu propio cuerpo.

Darte el espacio para conocer cómo son tus mamas y estar familiarizada con ellas, una buena autoexploración periódica puede ser la mejor prevención, nadie mejor que tu conocerá su cuerpo y serás la primera en descubrir algún cambio o alteración. Es importante mantenerse en contacto con el médico de referencia y hacer las pruebas correspondientes y él también le podrá aclarar cómo realizar la autoexploración, pero de todos modos vamos a dedicar el siguiente apartado a dar unas breves recomendaciones de cómo realizar la exploración del propio cuerpo.

Lo primero es mirarse en un espejo y ver las mamas, tanto con los brazos en jarras como levantados, al observarse debe ver si hay algún cambio o alteración respecto a la forma habitual de tu pecho. Recordar también que todos los pechos son distintos y no hay una forma correcta de ser, pueden ser más grandes o pequeños, simétricos o no, o muchas otras variaciones y eso no es malo. Lo importante es detectar si hay algún cambio respecto a la forma habitual del pecho, si aparece alguna zona más enrojecida, o algún punto doloroso. Aparición de bultos u hoyuelos, arrugas o modificaciones en el pezón, tanto de posición o forma como si sale algún líquido de él. Finalmente, también debemos palpar el pecho tanto estando de pie como estirados, mediante movimientos circulares vamos explorando toda la extensión de la mama, palpando si hay alguna alteración. Un momento que escogen la mayoría para realizar dicha exploración es a la hora de ducharse.

En caso de que se encontrara alguna diferencia en su pecho no te alarmes de primeras, hay muchas causas para la aparición de bultos, algunas de ellas benignas pero puedes ponerte en contacto con el médico para hacer una exploración más extensa, el pronóstico del cáncer de mama es más favorable cuanto antes se detecta.

¿Cómo se trata el cáncer de mama? Hay varias formas de tratarlo, la elección de un tratamiento dependerá de diversos factores como puede ser el estadio del tumor y que tipo de cáncer es, marcadores genéticos y presencia de mutaciones o la edad del paciente. A todos nos puede venir a la cabeza algunas de las intervenciones más radicales, como la extirpación completa de un pecho, es decir una mastectomía completa, pero gracias a los avances médicos se están desarrollando nuevas formas de tratamiento menos invasivas.

Las principales son la cirugía, que cada vez es más concreta y preservadora del pecho y su forma, la quimioterapia, la radioterapia, la terapia hormonal y la terapia biológica. Es decir en la quimio te administran medicamentos para atacar las células cancerosas, en la radioterapia es a través de rayos que atacan las células tumorales. En la terapia hormonal se impide que el cáncer obtenga las hormonas necesarias para que crezca y finalmente en la terapia biológica se ayuda al propio sistema inmunitario para que éste pueda atacar al cáncer.

¿Pero cómo afecta el cáncer de mama a las personas que lo padecen? Es un proceso difícil con muchas situaciones complejas. La medicina avanza y cada vez los métodos para tratar el cáncer de mama son menos invasivos y más conservadores con el cuerpo de la paciente. Las organizaciones médicas han dado más peso a la prevención de este cáncer y si los diagnósticos son en estadios iniciales, ayuda a un pronóstico favorable. Aunque la consecuencia es un resultado satisfactorio y un aumento de la supervivencia también crece la posibilidad de sufrir en el futuro una recidiva, es decir una recaída. Por ello son importantes los controles posteriores..

El cáncer de mama puede afectar a la persona a nivel emocional, por muchos motivos. Primero acarrea unas consecuencias físicas, es decir, hay un proceso de recuperación, un post-operatorio o una prescripción de medicamentos a largo plazo. Según algunos estudios tras la intervención o tratamiento puede presentarse sintomatología ansiosa y/o depresiva y esta sigue un curso medio de 1 o 2 años con una reducción progresiva. Según el tratamiento los efectos experimentados serán distintos, hay una posible pérdida de cabello con la quimioterapia o la pérdida del pecho con la intervención quirúrgica.

También hay que tener en cuenta los efectos psicológicos que provocan la propia noticia de tener un cáncer, y cómo esta afecta a la vida de la persona y en caso de una buena recuperación también aparece el miedo a la recidiva. Ésta es una de las mayores afectaciones en las pacientes, la incertidumbre y ansiedad por una posible recaída que no saben cuándo puede ocurrir. Esto lleva a las pacientes a poder estar en un estado de hipervigilancia.

A estas consecuencias hace falta sumar las consecuencias concretas del cáncer de mama como pueden ser los cambios en la imagen corporal y en la feminidad y cómo estos pueden afectar en tus relaciones. La alteración o pérdida de la forma del pecho puede afectar psicológicamente a algunas mujeres, pueden verlo como una pérdida de su atractivo o considerarse menos deseables, esto puede afectar a su autoestima y la manera que se relacionan con tus parejas. Otra consecuencia puede ser la afectación a la fertilidad y capacidad de embarazo a futuro. Por eso es de vital importancia un apoyo a lo largo de todo el proceso de sus parejas y trabajar de manera unida para adaptarse a los cambios que puedan ocurrir.

Para finalizar, el cáncer de mama es una enfermedad que en el campo clínico ha ido consiguiendo numerosas mejoras y avances, las mujeres están más concienciadas de hacer una buena prevención, pero aún falta camino para recorrer en el aspecto psicológico. Hemos visto en este artículo que no solo tiene las afectaciones emocionales propias de un cáncer en sí, lleva añadido una afectación en la imagen propia que puede afectar a la autoestima, cómo nos relacionamos con los demás y con nuestro entorno.

Es por eso que no debemos frenarnos en este camino ya recorrido, hay que seguir adelante y trabajar para dar un buen apoyo a todas las mujeres afectadas,  tanto a nivel de prevención como en el acompañamiento en el proceso del cáncer, este puede ser en formato individual, familiar o grupal pero siempre el objetivo es hacer más fácil una recuperación de la paciente.

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