¿Qué es la autoestima?
Tradicionalmente se ha entendido por autoestima el buen concepto de una persona sobre si misma, y se ha diferenciado entre buena o mala autoestima, entendiendo la primera como tener una imagen positiva de uno mismo, y la segunda como verse de forma negativa. Con la investigación creciente en este campo se ha visto que hay ciertos matices en la concepción de la autoestima planteada hasta ahora, ya que el hecho de que un individuo tenga una percepción positiva de si mismo no es sinónimo de salud, y una percepción negativa no tiene porque ser nociva en su justa medida.
Actualmente se ha visto que la autoestima deseable y sana, es aquella que facilita el auto-conocimiento personal, que la persona pueda identificar sus metas vitales, teniendo en cuenta sus dificultades y sus recursos, y que con todo esto, se sea capaz de establecer un plan para alcanzarlas. Por lo que no sería suficiente con tener un buen concepto de uno mismo, si no que es necesario que haya un conocimiento profundo a nivel personal, y ser capaz de establecer metas coherentes con lo que se quiere, y valorar las virtudes, y debilidades.
Teniendo en cuenta todo esto, se podría decir que una persona con una autoestima sana es aquella que tiene una alta conciencia de su ser, y sabe aprovechar sus habilidades para alcanzar sus objetivos vitales, y trabaja sus debilidades para ser mejor, pero sin juzgarse. Es por ello que darse cuenta de los errores, y de las propias debilidades, no es síntoma de baja autoestima por si solo, ya que enfocar ese análisis al trabajo personal, a luchar por la mejora, y aceptación de las imperfecciones, repercute en una mejor autoestima, ya que la auto-percepción será más realista, y genera nuevas motivaciones, y posibilidades de superarse a uno mismo.
Por lo tanto, la baja autoestima, conlleva una evaluación negativa de forma distorsionada por parte del individuo, basado en sesgos a la hora de seleccionar qué rasgos o conductas son más representativos. Es decir, no se realiza un análisis global de la persona, teniendo en cuenta todas las áreas de la vida, sino que se hace una selección de características percibidas como negativas o problemáticas, y se construye el auto-concepto en base a esto. Otro de los motivos por los que una persona puede tener baja autoestima, es por la falta de claridad en su auto-concepto, es decir no conocerse a si mismo de forma profunda, lo que lleva a incongruencias a nivel personal, y a mostrarse de una forma inseguridad.
Hay que mencionar que la baja autoestima no es la única expresión de una autoestima insana, ya que hay otras formas de auto-percepción que no contribuyen al bienestar emocional, y a la salud, como son la autoestima contingente y la narcisista.
La primera se refiere a una auto percepción positiva ligada a un hecho o actitud concreta, es decir que la persona tiene un buen concepto de si misma únicamente si se dan ciertas condiciones, cumple con unas características concretas, o consigue logros específicos. Por el contrario, si no se cumplen estos requisitos especialmente importantes, hay una bajada de autoestima, que repercute en los sentimientos de valía y eficacia. A pesar de que estas condiciones corresponden a áreas concretas de la vida del individuo, el cumplimiento o no de estas repercute de globalmente en la autoestima, por lo que fracasar en uno de estos objetivos concretos supone una percepción negativa general, y un éxito, una prueba de la valía general.
La segunda es aquella que desarrolla una auto percepción positiva ensalzada, es decir que no es realista, y no tiene en cuenta las limitaciones, o dificultades del individuo, únicamente se basa en las cualidades, rasgos, o logros positivos. De esta manera se genera una autoestima muy alta, pero que no contribuye al desarrollo personal, ni a la mejora, ya que no hay conciencia de los fallos, y problemas que se tienen. Es por ello que las personas con autoestima narcisista no hacen una valoración global de toda su persona, y no tienen una visión real de ellos mismos, con las problemáticas que eso conlleva, como por ejemplo dificultades en la relaciones interpersonales, debido a la actitud de superioridad en la que se posicionan, o a la hora de alcanzar metas que no sean sencillas para ellos, ya que no serán capaces de admitir que necesitan ayuda, o de trabajar las áreas necesarias para alcanzar sus deseos.
¿Cómo se forma?
El factor principal que influye en la formación de la autoestima se desencadena en las primeras etapas de la vida, y está relacionado con los padres. Se trata, por una parte, de la carga genética, ya que hay un cierto componente hereditario, pero el factor más relevante es el tipo de relación que se tenga con estos, teniendo en cuenta las muestras de amor que se reciben, el grado de implicación parental, la preocupación, y la aceptación que estos tienen con los hijos. En relación a los progenitores, también repercute el efecto del modelado, en el que los menores aprenden mediante la observación, y la aceptación o castigo por parte de los padres, los valores, y las conductas reforzadas positivamente.
Otro de los factores involucrados en la autoestima, son los pensamientos que tiene un sujeto sobre las metas, condiciones, o características que se deben cumplir para ser una persona valida. En este sentido, las creencias irracionales que se tienen sobre uno mismo, y las auto-exigencias poco realistas, pueden determinar una baja autoestima.
La variedad de experiencias positivas o negativas vividas por un individuo también repercuten en la formación de la autoestima. Por lo que vivir situaciones de éxito, en las que se pueden desarrollar las habilidades personales contribuye a un auto-concepto más alto, y aun mayor sentimiento de auto-eficacia, mientras que por el contrario las situaciones de fracaso son evaluadas de forma negativa, y por lo tanto disminuyen la autoestima, generando sensación de frustración e incompetencia.
La capacidad para establecer relaciones interpersonales significativas es otro de los elementos que entra en juego. La aceptación social, y validación por arte de otros son aspectos muy importantes para conseguir una autoestima sana, de manera que aquellas personas con mejores habilidades sociales, que son capaces de conseguir grupos de iguales con los que se sientan aceptados totalmente, y refuercen sus logros y actitudes de forma positiva, tendrán mayor confianza en si mismos para mostrarse tal y como son, y enfocarse a sus metas personales.
Por otra parte, la capacidad de enfocarse a la búsqueda del bienestar personal, posponiendo refuerzos positivos a corto plazo, para alcanzar otros mayores a largo plazo, y el auto-cuidado, tanto físico como emocional, son aspectos que también favorecen una autoestima sana.
¿Cómo mejorarla?
Para mejorar la autoestima, y sentirse a gusto con uno mismo, es importante mantener una actitud tolerante y respetuosa con uno mismo, aceptando totalmente tanto las limitaciones como los éxitos, sin someterse a los juicios de valor ajenos, teniendo en cuenta el potencial de desarrollo, dirigiéndolo a cambios que contribuyan al desarrollo personal, y generando relaciones sociales de calidad.
Enfocarse al cambio, dirigirse hacia las metas personales, a pesar de las circunstancias externas, está ligado a una mayor satisfacción personal, ya que de esta manera existe la posibilidad de mejora y orientación al cambio, favoreciendo la aceptación completa, ya que las limitaciones o dificultades no son rasgos inamovibles, sino que se ven como posibles elementos de trabajo y progreso.
Gestionar de forma sana las emociones ayuda a una mejora de la autoestima, por lo cual, si se detecta una dificultad en este aspecto, es importante trabajar la manera en que vivimos las emociones. En este sentido es importante comprender por qué aparecen, es decir qué motivo hay para que se genere ese sentimiento, y ser capaces de darle una respuesta. Hay que interpretar las emociones negativas como un indicador de que algo no va bien, y tomar decisiones para mejorar esa situación sin llegar al catastrofismo o la desolación, que conllevarían una bajada en el auto-concepto.
Como se ha visto en el apartado anterior, los grupos de iguales, y las relaciones interpersonales positivas, son una fuente de autoestima. Sentirse aceptado y validado por personas importantes es muy importante para las personas, ya que proporciona la seguridad y confianza necesarias para sentirse capaz de alcanzar los propios objetivos, y enfocarse en ello. Por otra parte, recibir feedbacks positivos de estas personas sirve de refuerzo de las cualidades positivas, y facilita la conciencia de estas.
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Nº de colegiada 24101